A Álex Lequio, (hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio) que nos ha dejado este miércoles a los 27 años, no le gustaba airear los asuntos de su corazón. De hecho, las dos últimas relaciones que mantuvo, intentó que transcurrieran en la más absoluta de las intimidades. Algo se publicó, pero poco. Porque estos dos amores fueron con dos chicas que no tenían nada que ver con el mundo de la farándula.
Sí estaba relacionada aquella joven que se cruzó en su camino en el verano ibicenco de 2011. Andrea Guasch. Recordaréis aquella relación porque no tuvieron reparos en dedicarse palabras románticas en Twitter. O porque no se escondían de la prensa y fueron fotografiados entre arrumacos al borde de una piscina en la isla.
Un amor que duró el tiempo justo y necesario para que él (el dejado) se quedara enganchado de ella (que cortó por lo sano a principios de octubre de ese mismo año por teléfono, según publicó en su día la revista ‘Diez Minutos’) y para que lanzara un tuit mostrando todo el dolor de su corazón: «He sido un verdadero cabrón toda mi vida y, justo cuando soy bueno, la vida es puta conmigo. Querido Sr. Karma: te van a dar por el culo. No es fácil comprender cuando te niegas a hacerlo. Es imposible vivir al margen cuando eres el protagonista».
Álex se quedó destrozado, sobre todo, por la manera de escribir ese punto y final. Al parecer, ella excusó su decisión en un problema de distancia. Pero lo cierto es que esos tres meses le marcaron. A la prensa del corazón, también, porque jamás se volvió a hablar de un amor tan intenso para el hijo de una Ana Obregón que hoy se queda destrozada.
Durante el tiempo que Lequio ha luchado contra la enfermedad, Andrea no ha tenido reparos en mandarle mensajes de apoyo público. Qué menos. Una cosa es que la cosa no fuera adelante, por la distancia o por la juventud de ambos, y otra que no guardase ese cariño que era imposible no tenerle después de hablar cinco minutos con él.
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