A primera hora de esta mañana, Ana Obregón (que ya vivió una pérdida con esa edad) lanzaba su desgarro al viento de Instagram. Le bastaba una frase para romper ese silencio ensordecedor después de que su hijo muriera ayer a los 27 años y con toda la vida por delante: «Se apagó mi vida». Poco antes de medio día, era el padre de Álex, Alessandro Lequio, quien mostraba su primera reacción en las redes sociales con un tuit.
El colaborador de ‘El programa de Ana Rosa’ escribía un mensaje en inglés con el que exponía ese sufrimiento que supone la muerte de un hijo, máxime con la juventud que tenía el suyo. «Bien, Álex es esto… Te sacaré del peligro, pero mientras tanto recuerda que eres y siempre serás mi luz y mi centro. Es el mayor honor ser tu padre. Dios te bendiga Alex«.
Los mensajes de sus padres se unen, además de a la avalancha de buenas palabras hacia él y de condolencias por lo prematuro de su marcha, dos de especial calado, por la dureza que desprenden. Ayer por la tarde su hermano Clemente nos encogía el corazón. Poco después era su prima Celia, a quien le unía una relación muy estrecha la que no podía contener en la intimidad el dolor.
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