Cansado de su rutinaria vida en el grisáceo Mánchester de 1996, Axel Collins se instala en Ibiza con dos objetivos: vivir a tope y convertirse en el DJ más famoso de la isla. Pero en la multitudinaria fiesta de su 24 cumpleaños, decide dejarlo todo para viajar a India, al menos es lo que creen su hermana y sus amigos. Este es solo el punto de partida de White Lines, la nueva serie del creador de La casa de papel que viene con la intención de repetir el mismo éxito.
Veintidós años después, su cadáver momificado aparece en un polvoriento terreno de Almería, propiedad de los Calafat, una de las familias más poderosas de Ibiza, también propietaria de una decena de discotecas donde se trafica con droga.
La llegada de Zoe, hermana pequeña de Axel, cuya desaparición la hundió en una gran depresión, altera la vida de los antiguos amigos británicos de su hermano –Marcus, Anna y David, que se quedaron en Ibiza–, y por supuesto de los Calafat, sobre todo de Oriol –que intenta, junto a su manipuladora madre, sacar adelante la construcción de un casino–, y de Kika, la inesperada heredera del imperio, cuyo primer y único amor fue Axel.
Dos líneas temporales
Así arranca White Lines, la nueva y adictiva ficción de diez episodios de una hora, creada por el navarro Àlex Pina, responsable de Vis a vis, El embarcadero y La Casa de Papel, cuya dirección se reparten Nick Hamm, Luis Prieto y Ashley Way. Rodada en español e inglés, en escenarios de Madrid, Mallorca e Ibiza el pasado verano, está narrada en dos líneas temporales: 1996 y la actualidad.
En declaraciones de su creador: “La historia es la búsqueda del asesino, pero también es la búsqueda de la identidad de Zoe. La serie habla de cómo hemos cambiado, de lo genuinos que pudimos llegar a ser y lo que en realidad somos”.
Reparto internacional
La actriz británica Laura Haddock, Meredith Quill en Guardianes de la Galaxia y exmujer del actor Sam Claflin,encabeza el reparto internacional formado por los españoles Juan Diego Botto, que ya ha rodado la nueva entrega de Escuadrón suicida como Oriol, Pedro Casablanc como su padre Andreu, Belén López como su madre Conchita, Marta Milans (El embarcadero) como su hermana y rival Kika, y Juan Carlos Vellido y Ginés García Millán, en breves papeles.
Junto a ellos, los británicos Daniel Mays, Laurence Fox y Angela Griffin como los amigos de Mánchester de Axel, y el portugués Nuno Lopes, que da vida a Boxer, el jefe de seguridad de los Calafat e inesperado amigo de Zoe.
Todos ellos se mueven en una Ibiza espléndidamente fotografiada, un escenario en el que tiene cabida su cara más salvaje, con interminables fiestas, sexo, música electrónica, narcotraficantes y corruptelas de todo tipo, pero en el que también brilla la inocencia de Zoe, empeñada en descubrir quién mató a su alma gemela, aunque la búsqueda de la verdad le lleve a explorar territorios y sentimientos que hasta ahora le eran desconocidos.
Y cuando la alerta sanitaria lo permita, continuará el rodaje en Tenerife de Sky Rojo, la nueva producción de Àlex Pina, que tiene un contrato en exclusiva con Netflix, y Esther Martínez Lobato (Vis a vis). Dos temporadas de 8 episodios de 25 minutos de duración con Miguel Ángel Silvestre y Verónica Sánchez de protagonistas.
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