Es un clásico cuando llega un nuevo miembro a una familia. La pregunta sobre el parecido de un bebé se ha convertido en un ‘must’ desde tiempos ancestrales, y afecta a todo el mundo por igual. Incluso si eres miembro de la realeza. En la casa real británica, el pequeño es Archie, y ahora sabemos si tira más, físicamente, hacia la rama de los Windsor o a la de los Markle.
Bueno, siempre y cuando el amor de bisabuela no haya cegado a la reina Isabel II, que ya sabemos que no es una opinión muy objetiva que se diga… Recordaremos que la monarca recibió una llamada desde Los Ángeles hace unas semanas, con motivo de su 94 cumpleaños. Unos minutos con los que disfrutar de ese niño que hace meses que no puede ver físicamente. El hecho de que sus padres no viajaran con él a Londres durante la última visita, esa en la que cerraron todos los actos de su agenda oficial para dar paso al Megtrix, le provocó gran tristeza.
Es cierto que ha pasado bastante tiempo desde aquello, pero es ahora cuando la prensa británica ha desvelado que, durante esa conversación, Isabel II advirtió un detalle sobre el que aún no se había comentado nada y que viene a responder esa pregunta de si se parece más a mamá o a papá.
Concretamente es en el ‘Daily Mail’ donde se puede leer, tras haber contactado con una fuente de palacio, que la reina de Inglaterra se percató de que el niño tiene unos mechones pelirrojos que apuntan a que la genética dominante es la del príncipe Harry. Aunque, teniendo en cuenta que tiene tan solo un año y mucho tiempo por delante para cambiar, quizás sea una conclusión precipitada.
A decir verdad, tras la publicación de ese vídeo en su primer cumpleaños, no fueron pocos los que advirtieron que era una versión en miniatura del hijo de Lady Di y el príncipe Carlos, dando la razón así al sentir de la reina de Inglaterra, que no es ningún secreto que siente absoluta debilidad por Archie.
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