Ampliar nuestra colección de perfumes siempre es una buena idea. Aunque tengamos más de los que nos gusta reconocer, siempre hay espacio para un nuevo frasquito, especialmente si contiene una esencia elegante y dulce, que además llene nuestra mente de energía positiva y buenas vibraciones. ¿Es posible tal combinación? Si crees que no, es que estás menospreciando el poder de las fragancias.
Pueden ser de la familia floral (con notas de rosa, lirio o jazmín), de la gourmand (con sus característicos aromas dulces, de vainilla, almendras, algodón de azúcar…) o incluso de la cítrica (con su inconfundible frescor), pero todos ellos configuran sus acordes con maestría, hasta alcanzar aromas llenos de elegancia. Digamos que, cuando abandones una habitación, tu presencia seguirá siendo recordada.
Por eso siempre estamos dispuestas a adquirir un perfume más, (o mejor aún, a que nos lo regalen) uno que defina nuestro estado de ánimo actual. Que nos envuelva en pétalos de mimosa cuando nos enamoramos. Que nos devuelva la energía a golpe de limón, naranja o bergamota cuando nos fallan las fuerzas. Que nos lleve a un bosque de cuento de hadas rodeadas de musgo y lavanda. En resumen, que nos haga vivir mil sentimientos, como sucederá con todas las fragancias de esta galería.
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