De acuerdo, puede que la etiqueta de superalimento se la hayan inventado en un departamento de marketing, pero también es cierto que no todo lo que incluimos en nuestra cesta de la compra es igual de sano y a veces la intuición nos falla. Por eso el concepto de superalimento se resiste a desaparecer de nuestra mente y sigue vigente en 2020, porque nos hace más fácil pensar en ellos como una tabla de salvación. Especialmente ahora, que es más necesario que nunca comer bien para tener un sistema inmune intacto y a prueba de infecciones oportunistas. ¿Quieres saber cuál es nuestra selección de superalimentos para las defensas? Si la incluyes en tu dieta diaria, no te arrepentirás (y comerás mucho más sano).
Zanahorias: poder antioxidante
Son baratas, las puedes convertir en tu snack favorito porque se pueden comer crudas, las encuentras todo el año y, encima, están buenas. Por favor, hazlas caso e intenta incluirlas en tus guarniciones y tentempiés. ¿Por qué? Porque son ricas en vitamina A, un antioxidante que resulta muy eficaz para fortalecer el sistema inmunitario frente a las infecciones.
Legumbres (lentejas, judías, garbanzos… y soja)
Aprende de una vez que cuando hablamos de legumbres hay que incluir las de toda la vida (garbanzos, alubias, judías y lentejas) y también todas aquellas que nos cuesta identificar como tales, como los guisantes, el miso, el tempeh o el edamame. Si quieres estar sano años y años, encárgate de incluir en tu dieta tres raciones de legumbres al día (un hummus a media mañana, incluirlas en ensaladas y como primer plato te ayudará a conseguirlo.
Las legumbres están cargadas de proteínas vegetales (recuerda que nos pasamos comiendo carne y existen otras alternativas), de minerales como el hierro y el zinc y de fibra vegetal. Gracias a esta combinación no solo son buenas para las defensas, también son unas firmes aliadas contra el cáncer: una revisión de los 21 mejores estudios que se han hecho sobre esta enfermedad acabó concluyendo que deberíamos comer cereales integrales o legumbres en cada comida para prevenir el cáncer.
Bayas (como las fresas, las moras, los arándanos…)
Va por modas y las hay más exóticas que otras, pero las que más poderes antioxidantes han demostrado (y que mejor ayudan a conservarnos sanos) son las fresas, las cerezas, las moras, las frambuesas, las grosellas y los arándanos. Y si te quieres poner exquisita, no te olvides de las bayas de goji y las asaí.
Todas estas bayas no solo refuerzan el sistema inmunitario, sino que contribuyen a protegernos del cáncer y protegen el hígado y el cerebro. Como un puñadito de ellas al día y vivirás más años… y con más salud.
Entre col y col… más defensas gracias a las coles
Si al pensar en crucíferas solo te vienen a la cabeza las coles de bruselas, el brécol y la coliflor, amplía tu listado. A esta familia también pertenecen los rábanos, los berros, las berzas, la rúcula, y para los más gourmets, el pack chopi y el archiconocido kale.
Toda esta familia de múltiples miembros es capaz de activar las defensas contra los agentes patógenos y ayudan al hígado a hacer su labor de detoxificación. Por eso debes incluirlas al menos una vez al día en tu dieta.
Kiwis: valen los verdes y los amarillos
Sorprendente pero cierto, esta pequeña fruta es capaz de echarle una mano a las defensas cuando más lo necesitan. Y por si el kiwi verde te resulta muy ácido, puedes probar suerte con el amarillo, porque conserva todas su virtudes.
Un estudio realizado con niños y otra investigación que se llevó a cabo con ancianos (dos grupos de riesgo para infecciones como la gripe) comprobó que los que tomaban como tentempié este pequeño fruto reducían a la mitad su riesgo de contraer un resfriado o la gripe frente a los que tomaban como tentempié plátano. Incluso, aquellos que enfermaron notaron cómo sus síntomas desaparecían antes (dos días frente a los cinco días de moqueo que sufrieron los que comían plátano).
Semillas de lino, espolvoréalas a diario
Una cucharadita de semillas de lino al día, ya sean doradas o marrones, te garantizan un seguro antienfermedad para algunas de las dolencias que más nos preocupan a todos como la hipertensión arterial y el cáncer de mama. La fuente de su poder saludable se encuentra en que contienen unos antioxidantes muy poderosos llamados lignanos. Para sacrles todo el partido, lo ideal es moler las semillas y espolvorearlas sobre lo que vayamos a comer. No te preocupes: los lignanos no desaparecen los muelas, ases, congeles o metas en el microondas.
Fuente: Leer Artículo Completo