El destino elegido por los miembros de la familia real para disfrutar de sus respectivas lunas de miel constituye un misterio que, en el caso de don Felipe y doña Letizia, ha tardado 16 años en resolverse. Aunque desde 2004 corrían rumores sobre algunas de las etapas de su viaje, no fue hasta este fin de semana cuando el diario británico The Telegraph detalló que la luna de miel de los recién casados arrancó en Camboya, a donde volaron desde Jordania tras asistir a la boda del príncipe Hamzah y la princesa Noor. Después, los entonces príncipes de Asturias viajaron a las islas Fiji, a Samoa, a California y a México. Un itinerario que recorrieron mientras se alojaban en los hoteles de lujo que, según la información de ese diario, pagaron don Juan Carlos y el naviero Josep Cusí, amigo del antiguo rey.
Menos tardó en destaparse la luna de miel de los duques de Lugo. Tras casarse el 18 de marzo en la catedral de Sevilla, la infanta Elena y Jaime de Marichalar pusieron rumbo a Australia con la esperanza de pasar desapercibidos. El joven matrimonio se alojó durante cuatro días en la suite presidencial del hotel Inter-Continental de Sidney, uno de los más lujosos de la ciudad. Después, se desplazaron hasta la exótica isla de Herón, situada junto a la Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife de coral del planeta, y luego a la recóndita isla del Largarto. Hasta allí los siguió el paparazzi español Antonio Montero.
Las fotografías obtenidas por este, publicadas en ¡Hola! y Lecturas, mostraban a los recién casados disfrutando de un día de playa. Según el reportaje, la pareja se dedicó a realizar un curso de buceo y a tomar el sol, aunque Jaime de Marichalar se quemó y tuvo que protegerse la piel con una camiseta de Mickey Mouse.
Dos años después, el 4 de octubre de 1997, se casaban en la catedral de Barcelona la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Los entonces duques de Palma tuvieron más suerte con su luna de miel que los de Lugo y consiguieron esquivar a los paparazzi, aunque no pasaron desapercibidos para todo el mundo: Victoria Subirana, una maestra que lleva más de treinta años trabajando en Katmandú, se encontró con ellos en un hotel de la capital de Nepal, donde parece ser que el matrimonio practicó trekking.
Según otras publicaciones, su luna de miel habría arrancado al igual que la de los reyes Felipe VI y Letizia en Jordania. Concretamente, en Taibet Zaman, una pequeña aldea cercana a Petra que, tras ser comprada por los reyes jordanos, se transformó en una residencia de lujo situado en el desierto. Desde este hotel, los duques de Palma habrían visitado las ruinas de Petra y otros atractivos turísticos como el Mar Muerto.
Fuente: Leer Artículo Completo