Aumento de pecho: de qué prótesis es mejor a por qué sí o no hacerlo en verano, todas las respuestas

Los aumentos de pecho siempre son un tema controvertido. Y no solo porque a muchas mujeres les cueste hablar de haberse sometido a uno de ellas, sino porque, directamente, no se atreven a hacerse uno aunque las ganas lleven ahí desde hace meses o años. Y no es solo por el qué dirán, sino por los miedos y dudas que surgen en torno a esta intervención. Y es que no deja de ser una operación y un cambio para nuestro cuerpo.

Además, normalmente, las dudas que surgen suelen ser siempre las mismas o muy parecidas, a pesar de que cada cuerpo es un mundo: «Cada caso es personal y el resultado definitivo siempre será una combinación entre el pecho y la anatomía que nuestra paciente tenga de base y el tipo d prótesis que se utilicen», señala la Dra. Pilar de Frutos, cirujana experta en cirugía mamaria. «Para poder conseguir los mejores resultados posibles, la paciente siempre ha de expresar y comentar con el cirujano lo que se desea conseguir y ser realistas en los objetivos siempre de acuerdo a lo que la anatomía de la paciente permita siguiendo unos parámetros de seguridad», añade.

Aún así, la experta nos da respuesta a los interrogantes más comunes para que podamos someternos de una vez por todas a esa operación de pecho que tenemos en mente sin miedos.

¿Qué tipo de prótesis uso?

Esta es una de las principales preguntas, sino la primera que sea hace toda mujer cuando toma la decisión de operarse el pecho. «En general, es cierto que las prótesis en forma de lágrima, gota o anatómicas simulan la forma de una mama natural. Es decir, tienen forma y van a aportar mayor volumen en la parte inferior y menos en la zona superior consiguiendo una caída más natural, pero tienen un inconveniente a tener en cuenta y es el riesgo de rotación que hay que valorar a la hora de elegir este tipo de prótesis. Por otro lado en general suelen tener superficies más rugosas o texturadas para limitar el riesgo de rotación y esto también puede generar inconvenientes futuros», explica la experta.

«En cuanto a las prótesis redondas nos aportarán el mismo volumen en la parte superior e inferior, lo que nos da más cuerpo en el polo superior cuando la parte más alta del pecho se ha quedado ‘vacía’ o se desea dar volumen a esa zona. La ventaja fundamental de las prótesis redondas es que al ser simétricas aunque lleguen a girarse no se percibe y eso nos permite utilizar superficies menos texturadas o incluso lisas que evitan riesgos posteriores. Además, ya hay suficientes modelos como para adaptarlos a cada tipo de mama y si se colocan detrás del músculo el resultado puede llegar a ser muy bonito y natural», indica Pilar.

Pero por si acaso no te convence ninguna, «existe un tercer tipo de prótesis denominadas ergonómicas que combinan las ventajas de ambas, ya que son prótesis en apariencia redondas pero cuyo gel de relleno es dinámico permitiendo adquirir cierta caída y más naturalidad. El único inconveniente es que se deben evitar en pacientes muy delgadas o con excesiva laxitud tisular.»

¿Cómo será la recuperación?

Como ya hemos dicho, cada persona es única y aunque, normalmente, tal y como indica la doctora, la recuperación es fácil y rápida, puede haber ciertas complicaciones. También esto dependerá del tipo de prótesis que se implante:

«En general, hay que saber que cuando la prótesis se coloca por detrás del músculo las molestias en los primeros días se deben fundamentalmente al esfuerzo que debe realizar dicho músculo para alargarse y asumir el volumen de la prótesis. No hay relación directa entre el volumen de prótesis y las molestias, es decir, no siempre molesta más cuanto más volumen queramos añadir. Pero sí se ha observado que en pacientes con tendencia general a sufrir contracturas musculares, en la espalda, por ejemplo, la tendencia a que uno de los pectorales pueda llegar a contracturarse es mayor, por lo que debemos prevenir esta situación y programar alguna sesión de fisioterapia y relajantes musculares», cuenta la Dra. Pilar de Frutos.

«Por lo demás, en líneas generales, las molestias más intensas suelen durar dos o tres días, que con la pauta de analgesia se tolera sin problema. A partir del tercer día lo habitual es empezar a mejorar de manera evidente y en siete o nueve días poder realizar trabajo de oficina», concede sobre los tiempos de las molestias. «Lo recomendable es esperar dos semanas para empezar a conducir o trabajos más activos. En trabajos manuales donde se empleen los brazos como peluquería, fisioterapia… etc., se recomienda un mínimo de dos semanas y, si podemos alargarlo, tres semanas mejor. Y para realizar grandes esfuerzos con los brazos, pesos grandes o deporte deberemos esperar al menos cuatro semanas», sigue explicando.

¿Es para siempre?

Hay que recordar que se trata de algo externo al cuerpo que incluimos en él por lo que «toda mujer que desee colocarse unos implantes mamarios debe ser consciente de que es posible que requiera alguna intervención futura», sentencia la doctora. «No se puede garantizar un resultado de por vida ya que el cuerpo va cambiando con el paso de los años y las prótesis pueden deteriorarse o podemos sufrir algún inconveniente a largo plazo. Se recomienda una revisión periódica de las prótesis de mama mediante ecografía sobre todo una vez pasados los 10 años de la cirugía.»

¿Es necesario colocar drenajes en un aumento de pecho?

Los drenajes son una de las preocupaciones más comunes, especialmente porque suele ser una de las partes de la operación (o más bien postoperación) que más problemas da: «Actualmente está demostrado que los drenajes lejos de ayudar pueden ser responsables de sangrados e infecciones. Por lo que hay que depurar la técnica quirúrgica para que esta sea lo más precisa posible realizando una hemostasia exhaustiva para que no haya absolutamente nada que drenar. De esta manera evitamos el uso de drenajes en la práctica totalidad de nuestros pacientes, salvo en situaciones especiales como puedan ser algunas cirugías secundarias o alteraciones de la coagulación que tenga el propio paciente», recomienda Pilar de Frutos.

¿Se puede dar el pecho llevando prótesis mamaria?

Muchas mujeres piensan que no van a poder dar el pecho a sus hijos una vez se lo operen, ya sea porque piensan que evita la producción de leche o por que el material de la prótesis la pueda alterar: «No hay contraindicación alguna de las prótesis de mama para dar lactancia y no existe ningún tipo de inconveniente ni para la mamá ni para el bebé. Por lo que es una decisión totalmente personal, teniendo en cuenta en mujeres operadas que, de la misma manera que en las mujeres no operadas, la mama puede sufrir cambios estéticos importantes», explica la cirujana.

¿Es el verano un buen momento para operarse e pecho?

Aquí hay opiniones más que divididas. Algunos recomiendan no operarse el pecho en verano por las complicaciones que pueda haber por el postoperatorio, por si aparecen infecciones debido al uso de más productos corporales y está el peligro del agua del mar y de las piscinas. Además de que la operación no pasará inadvertida y podemos no sentirnos cómodas con los vendajes en esta época del año.

Mientras, otros recomiendan que, definitivamente, se haga en verano pues el sol no tiene nada que ver con la mejor o peor cicatrización a diferencia de otras operaciones, tenemos más tiempo libre para nosotras alejadas del trabajo, podemos aprovechar las vacaciones y estaremos más relajadas y menos tareas tendremos que hacer con los brazos y la recuperación será mejor. Eso sí, siempre y cuando no hayamos preparado unas vacaciones de viaje, turismo e ir de acá para allá. Se necesita reposo absoluto.




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