Piedra volcánica: estas son las razones por las que no va faltar nunca más en tu rutina de belleza

Cada vez son más las herramientas que aterrizan en nuestro neceser para aportar un extra a los productos que usamos para cuidar la piel. Primero fueron los rodillos de jade, después el corazón de cuarzo de Miranda Kerr para el masaje facial y ahora se pone de moda la piedra volcánica.

La tierra volcánica lleva usándose durante muchos años como ingrediente clave en muchos cosméticos, ya que beneficia y mucho a la piel, especialmente en lo que a limpieza y regeneración se refiere. Esta se puede usar como un componente básico como ocurre en las mascarillas o algunos jabones o también directamente, en forma de piedra, como se propone ahora.

Es de color negro, no pesa, está pulida para amoldarse mejor a la piel y no arañarla cuando se use, pero sin dañar los microcristales. Con ellos, la piedra volcánica exfolia la piel liberándola de las células muertas, la regenera y alisa, convirtiéndose en un aliado para luchar contra los signos de la edad. En cuanto a la exfoliación para la limpieza, es muy similar a las piedras de carbón para lavar la cara. La piedra volcánica limpia en profundidad los poros sin dañar gracias a la cantidad de minerales que posee. Se recomienda sobre todo para acabar con esas pieles muertas y grietas de manos secas, codos y pies, como también se usa la piedra pómez, también volcánica pero clara.

Además es 100 por 100 orgánica por lo que no contamina ni cuando se produce ni cuando nos deshacemos de ella. Además se puede reutilizar y no necesita un envase o packaging.

¿Cómo se usa la piedra volcánica?

La piedra de lava puede usarse como si fuera un cepillo facial para exfoliar la piel una vez o dos por semana. La combinaremos con nuestro gel limpiador habitual. Humedecemos el rostro y después podemos aplicar el gel sobre la piedra y masajear mientras dejamos que ambos actúen.

Otra de las formas recomendadas es con un aceite natural, ya que si la usamos sola sin ningún producto que «amortigüe» la acción de la piedra en la piel podría arañarla o irritarla. Los aceites son nutritivos y sirven para mantener la hidratación de la piel aportándole vitaminas y antioxidantes. Así, la lava, con su masaje, estimula el flujo sanguíneo y alisa la piel permitiendo que penetren mejor los activos y nutrientes del aceite y que sean, así, más efectivos.

Tanto la exfoliación como la aplicación del aceite con la piedra harán que las cremas que apliquemos o los tratamientos posteriores lo sean también, ya que se han activado las células de la piel.

¡La quiero!

Algunos de los aceites recomendados para ello son los de sésamo, como propone la firma Rowse que los venden juntos por 28 euros, aunque puede comprarse el aceite por separado por 16 euros. Es muy rico en nutrientes y ácidos grasos, hidrata en profundidad y es calmante. Además cuenta con propiedades antienvejecimiento, que aumentan la elasticidad y reducen las machas de la edad.

¡Lo quiero!

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