María León (35) es la vitalidad hecha persona. Conversamos con ella al teléfono y se muestra algo nerviosa esta “vuelta al cole porque no sé bien cómo va a ser esto ahora”, nos dice nada más saludarnos con su habitual naturalidad. La actriz estrena este viernes 3 de julio la comedia dramática La lista de los deseos, dirigida por Álvaro Díaz Lorenzo, una road movie con tres mujeres como protagonistas (junto a María están Victoria Abril y Silvia Alonso), que aunque rodaron hace un año, la sevillana la recuerda con mucha emoción. “Además, esta promo no se me va a olvidar en la vida. Ahora sí que tenemos una primera vez para todo”, añade María.
A sus 35 años, María León se come la pantalla, ya sea grande o de la televisión, con sus enormes ojos verdes y una fuerza leonina interpretativa que tan pronto te hace reír a carcajadas como te encoge el corazón (inolvidable es su papel de Pepita en La voz dormida por el que obtuvo el Goya a mejor actriz revelación en 2011). Porque María lleva el arte en las venas y porque María es pura emoción en cada una de sus palabras y porque demuestra que pese a haber llegado muy alto, sigue manteniendo los pies en la tierra gracias en una parte importante a su madre, Carmina Barrios, que es uno de sus grandes pilares vitales.
¿Qué es lo que siempre te dice tu madre que llevas grabado a fuego?
Uf, muchísimas frases. Con mi madre es un no parar. Ella intuitivamente es muy inteligente. Pero una de sus frases que siempre me dice es: “Ay, Mari, no somos nadie”. Y es verdad que nadie es más importante que nadie, eso siempre me lo ha dicho y nosotros lo mantenemos. Y eso nos hace estar en la tierra y tener algo más de estabilidad. Para mí es fundamental saber que todos somos como hormigas y tenemos que sobrevivir.
En La lista de los deseos, tu personaje se enfrenta a una durísima noticia: tiene cáncer de mama. ¿Cómo viviste meterte en la piel de Eva?
Eva es una chica normal con una vida con unos antecedentes familiares como cualquiera, con sus más y sus menos. Es una mujer independiente, que está en un momento de su vida que hace lo que quiere, se dedica a su gran pasión que son los animales. Es una chica actual independiente. De repente la vida le da una ‘hostia’ importante que es la enfermedad. A mí me gustó mucho hacer este personaje porque a Eva la he ido descubriendo no cuando leí el guión, sino conforme íbamos rodando la película. En otras películas tienes un personaje al que puedes añadir una mochila muy grande, pero de repente me sentía bastante identificada con Eva al inicio de la película porque es una chica actual, independiente, luchadora, con ganas de vivir y que estaba en el mundo cómo podía, y cuando empieza el proceso del cáncer la coge igual de despistada que como si fuera en mi caso, yo como María León.
"En el rodaje vivimos lo dulce y lo amargo, como en la vida"
¿Recorriste un poco el camino de Eva durante el rodaje?
Eva no sabe cuál es el camino que tiene que recorrer, sabe lo que tiene pero no tiene ni idea de cómo recorrer ese camino. Su suerte es encontrar a Carmen (Victoria Abril) que es quien le guía y le orienta en cómo van a ser los procesos, y además tiene a su mejor amiga que es Mar (Silvia Alonso). Tiene un buen equipo de vida y con ellas se lanza a vivir un viaje de chicas, de ilusiones, a vivir cosas que ella no se había planteado antes y que se decide a hacerlo no sólo por el cáncer y porque no sepa los resultados que le van a dar, sino porque tiene a su lado a dos amigas que la apoyan y la animan y la ayudan a llevarlo a cabo. Una vez que empieza el viaje ella se va sorprendiendo día a día con ella, con lo que pasa y con la enfermedad, claro.
En la película se llora y se ríe a partes iguales, ¿os pasó lo mismo durante el rodaje?
Recuerdo que fue un rodaje muy divertido, con muchísima dificultad porque era todo el tiempo en caravana, éramos tres actrices, Victoria y yo teníamos que llevar calota (una calva para cubrir el pelo) y era muy complicado el proceso de calva en la playa con el calor que hacía o las pelucas en Tarifa con el viento. Estuvimos en sitios impresionantes porque todas las localizaciones eran lugares maravillosos que yo los siento como mi casa porque eran Sevilla, Cádiz y Marruecos. Lo pasamos bastante bien pero yo debo reconocer que ‘me pude pegar un largo’, como se dice, con Eva y en los procesos que grabamos la parte de la quimioterapia o el rapado de cabeza, donde se cuenta la enfermedad, lo recuerdo con muchísima nostalgia. Yo iba descubriendo con Eva la enfermedad a lo largo que iba pasando el rodaje.
Hay escenas muy duras como cuando tu personaje se desespera y grita que no se quiere morir. Dentro de ti, ¿cómo afrontaste la grabación?
Hubo momentos muy íntimos como cuando se tiene que rapar la cabeza, que fue en una única toma y entonces había una tensión, una intimidad, me pasaron una cantidad de cosas por el corazón rodando esa escena porque conseguimos entrar en la intimidad del alma de Eva. Y lo recuerdo con muchísima nostalgia. También los encuentros con Paco Tous en Asilah los tengo guardados en el corazón. Se pudo dar el tiempo necesario para rodar la parte más dramática y pude disfrutarlos con la intensidad del personaje, de no saltar por encima de la enfermedad sino acompañarla y vivirla con ella. Luego también hubo momentos muy locos como cuando se nos caían las pelucas con el aire en la playa en Tarifa. Ha sido como la vida misma, lo tuvimos todo, lo amargo y lo dulce.
"Victoria Abril se hace escuchar, delante y detrás de la cámara"
Con Silvia Alonso parece que os conocéis de la toda la vida y sin embargo apenas habíais coincidido…
No éramos ‘pandillotas’, habíamos coincidido alguna vez pero no teníamos relación. Y sinceramente ha sido muy fácil porque trabajar con Silvia me ha hecho descubrir no solo a una gran compañera que lo pone todo fácil y es genial trabajar con ella, sino que también he descubierto a una gran actriz. Fue una gozada porque los momentos más dramáticos los tuve con ella y fue una fortaleza para mí como actriz y para el personaje por tener una amiga como ella.
¿Y cómo fue rodar junto a la gran Victoria Abril?
La admiración por Victoria Abril venía de lejos y era absoluta. Tenía mucha ganas de trabajar con ella. ¡Qué te voy a decir de ella! Es un talento con patas, es una mujer con muchísimo ímpetu y con muchísima sabiduría. Yo intenté escucharla muchísima pero ella ya se hace escuchar (risas) tanto delante como detrás de las cámaras. Para mí ha sido una experiencia única, he aprendido de ella, la he escuchado contar anécdotas en las que nos hemos reído y llorado. No ha pasado desapercibida desde luego en el equipo. Yo siempre digo que Victoria Abril tiene un talento y es digna de ver tanto delante como detrás de la cámara.
En la película tratáis de cumplir tres deseos en una situación límite, ¿desde que la rodasteis y hasta hoy, con todo lo que hemos vivido en los últimos meses, han cambiado tus deseos?
Verdaderamente estamos en un estado de shock con todo lo que ha pasado y procesarlo es complicado. No sé si esto ha cambiado los deseos que me gustaría cumplir. Yo soy de decir: “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Yo con tener salud, se puede tener libertad, y poder tener trabajo, dios mío, yo no puedo pedir nada más. Quizá el primer deseo que sí que ha cambiado y que lo pongo el primero en la lista es tener a mi familia y a toda mi gente bien. Tenernos los unos a los otros es fundamental, si tienes a tu gente cerca y a alguien a quien darle la mano y poder dársela tú, las cosas tienen más posibilidades de ser superadas, mucho más que si andas solo. Ese sería mi primer deseo.
"He sufrido mucho viendo lo que pasaba estos meses"
¿Cómo has llevado estos meses encerrada en casa?
Quitando que he echado muchísimo de menos a mi familia, tengo que decir que he sido muy afortunada y he estado bastante bien. He aprovechado para estar en mi hogar, he intentado ocuparme mucho y escucharme más porque con los ritmos de trabajo que por suerte tenemos muchas veces no da tiempo y ahora lo he podido hacer. He pasado por muchos procesos y también he tenido momentos de angustia porque es humano y la incertidumbre es fuerte, pero he intentado no tener miedo y estar serena. Pero es que yo estoy en una situación muy privilegiada y sería muy injusto decir que he estado mal cuando hay gente que lo ha pasado fatal. Lo que sí he sufrido mucho ha sido a la hora de empatizar porque te pones a empatizar con el mundo y te faltan manos a la hora de ayudar. Pero de verdad que yo me doy ‘una patada en el culo’ porque he estado bastante bien.
¿Qué es lo primero que hiciste y estabas deseando hacer cuando ya se pudo salir de casa?
Pues fíjate que todavía no lo he hecho, es ver a mi familia. Al estar en Madrid no me ha dado tiempo a ir a Sevilla, pero lo primero que hice fue ir a ver a mi hermano Paco y a la gente que tengo en Madrid. Reunirme con ellos y celebrar que podíamos volver a vernos y estar juntos.
Antes del estado de alarma estabas en el teatro con Yerma, ¿qué ha supuesto para ti este parón profesional?
Llevar la inercia del trabajo y de repente parar ha sido difícil. Yo tenía mucha ilusión por hacer teatro en Madrid con Yerma y ya habíamos hecho gira y justo ahora que veníamos aquí no ha podido ser y da mucha tristeza. Pero yo creo que entre todos vamos a poder volver a empezar y confío que igual que ahora volvemos todos al cine lo hagamos también con los teatros. La cultura es muy importante y está comprobadísimo que son flotadores para poder salvarnos de cualquier crisis. Lo primero que pensé fue que pudiéramos tener salud todos para ir al teatro, para hacerlo y volver a poner todo en su sitio. Así que no te queda otra que guardar el proyecto en un joyerito y con todo el corazón y esperar. No queda otra. Preocuparse no sirve de mucho ni adelantas nada, yo he intentado ocuparme más que preocuparme.
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Eres una gran defensora del feminismo y en La lista de los deseos sois tres mujeres poderosas las protagonistas, ¿cuánto queda aún por recorrer en la lucha por la igualdad también en el cine?
Creo que queda muchísimo por hacer en todos los sectores, incluso a mí me queda mucho por aprender porque es un movimiento que va poquito a poco. Pero tenemos que ir todos tomando conciencia desde lo más pequeño. Es una lucha que nos pertenece a todos y aunque vaya poco a poco, que el ritmo no pare. Yo personalmente trato de tomar conciencia de esto y creo que en el caso del feminismo se va muy poco a poco y hay que ir limpiando cada vez más los antepasados.
"Me daría vergüenza dirigir con todo el talento que hay en este país"
Tu hermano Paco León actúa y dirige con mucho éxito, ¿en algún momento se te ha pasado por la cabeza ponerte detrás de las cámaras?
Siempre digo que por suerte en este país estamos rodeados de gente joven con mucho talento y sería muy atrevido por mi parte decir que algún día dirigiré. Es cierto que me encanta y al final va de la mano con mi profesión y tenemos esa creatividad siempre alerta y que yo la necesito para vivir. Nosotros tenemos que saber hacer de todo, actuar, cantar, bailar, somos ‘mocatrices’ como dice la canción (tema de Ojete Calor). Si lo hiciera sería como algo mío como aprendizaje, para experimentar y como algo creativo, pero sin intención de llevarlo a ninguna parte porque me daría vergüenza porque tengo gente a mi alrededor con muchísimo talento de la que yo ya me beneficio. Pero vamos, por ahora no tengo intención de profesionalizarlo. Si un día llega el momento, ¿por qué no?
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¿Cómo te tomas ahora el futuro? Parece que con estos últimos meses todos hemos cambiado un poco la forma de afrontar el día a día con más calma…
Estoy un poco así, como dices, con tranquilidad. Tanto movimiento así de repente después de tanto tiempo sin hacer nada a mí me desconcierta un poco porque si hace un mes me llegan a decir que íbamosestar en Madrid con este movimiento, no me lo creo. La gente dice que si hace cuatro meses les decían lo del Covid no se creerían, pero yo lo que no me creo es el movimiento que estoy viendo cuando hace un mes estábamos todos encerrados sin poder salir. Así que prefiero tomarme todo con tranquilidad, ir paso a paso, ver a mi familia y si puedo hacer alguna escapada, no sé si al norte o al sur, y algún viajecito, pero no mucho más. Este año toca ‘preparar los fogones’ para lo que venga y esperando poder hacer teatro y ficción.
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