“Abre la foto. Ciérrala. Ábrela. ¿A vosotros también os cambia el color del vestido?” con esta pregunta se abría este fin de semana una conversación en Twitter sobre uno de los últimos estilismos de la reina Letizia. El look en cuestión era el mono blanco y negro de Mango que escogió para su visita a Cuenca, dentro de la gira por España que están realizando los reyes. La impresión, apreciable desde la pantalla de cualquier teléfono móvil, es del todo evidente: al abrirla y cerrarla, parece cambiar de color. Se trata, de hecho, de una sensación visual muy estudiada y con nombre propio. El llamado efecto moiré.
Nunca lleves rayas a la TV o cómo el efecto moiré puede arruinar tus fotos
Una de las reglas básicas de estilismo cuando alguien se va a poner frente a una cámara, sea en televisión o sea ante un fotógrafo profesional, no es nueva pero sigue estando del todo vigente: no te pongas estampado de rayas, porque parecerá que llevas un extraño tejido con agujas. En realidad las rayas no son ningún problema en sí mismas, se trata más bien de una manera de sintetizar cómo evitar ese efecto perturbador y un tanto distorsionador que generan algunos estampados ante los focos.
El moiré (o muaré) aparece cuando se superponen dos tipos de líneas (ya sean rectas, curvas o con un cierto ángulo) y sucede cuando el tejido en cuestión contiene detalles repetitivos (como las rayas, pero también puntos, o capas de hilo). El resultado es el de un estampado con un patrón extraño, que distrae la atención del espectador y que ejerce una interferencia visual. Se le llamó así por el término francés con el que se denomina a un tipo de tejido de seda que posee un efecto visual parecido debido a su composición a base de patrones de líneas. En el caso de Letizia, como respondía otro tuit, sucede al reescalar la foto en la pantalla. Antes de abrirla, el tejido parece más oscuro; en el momento de ampliarla, hace un efecto flash. “Dependerá del algoritmo de reducción de cada terminal que el resultado sea más o menos agradable”, añadía. “Ahora se ve poco, por la definición más alta (de las pantallas), pero cuando éramos pequeño, con las teles de la época, había corbatas de presentadores que te podrían marear”, destacaba otro usuario en la red social.
Lo cierto es que el moiré consigue un efecto tan hipnótico que, más allá de un fallo de estilismo ante una cámara, la moda y el arte han explorado las posibilidades de sus matices.
De la reina Victoria a Givenchy, Dior o Kim Kardashian: las infinitas sombras del moiré
“En una rara encrucijada de acontecimientos naturales, científicos, históricos y de moda, el patrón de muaré es uno de esos puntos trascendentales con una historia extraordinaria más allá de la industria de la moda”, publicaba la revista editada por la exdirectora de Vogue Paris, Carone Roitfeld, CR Fashion Book. El patrón de moiré en términos de física se define como un patrón de interferencia de ondas en el que dos ondas se superponen para crear un patrón nuevo y único. Este concepto se tradujo a la moda durante la época medieval como una lujosa tela hecha a mano entre los burgueses. Lo que tiene de especial el moiré es el patrón distintivo: no solo no se puede volver a reproducir de la misma manera, sino que los patrones de moiré tienen la capacidad de cambiar visualmente según el entorno del usuario. Como uno de los patrones más dinámicos de la moda, tiene una extraña historia compartida entre los grandes matemáticos,modistas y alguna estrella de las redes sociales.
Desde la creación de este tejido en la época medieval, se le consideraba un tipo de tela sofisticado y muy apreciado debido a su detallado proceso de producción. Usar moiré era representativo de un alto estatus social. En la revista La Mode Illustrée, publicada en junio de 1886, se podían ver los nuevos vestidos de novia y de ocasión elaborados en moiré por Madame Coussinet. También se sabe que a la propia reina Victoria le gustaba este estilo, como atestiguan algunas piezas de su vestuario que se conservan a día de hoy en el Museum of London.
La clave para producir un tejido con este patrón está en el proceso de acabado, llamado calandrado, en el que intervienen la humedad, la presión y unos rodillos acanalados. El resultado final es un lustre peculiar que resulta de la reflexión divergente de los rayos de luz sobre el material
La historia del moiré en la moda continúa en el siglo XX con los grandes nombres de la costura. En 1949, Cristóbal Balenciaga experimentó con este tejido en sus icónicos vestidos envolventes de cintura de avispa. También Christian Dior fue muy receptivo a las posibilidades del moiré, del que le interesaba especialmente la sensación de ligereza y movimiento que aportaba. Ya en 1953 diseñó vestidos con esta tela. Otro de los maestros en explorar este efecto fue Hubert de Givenchy, en 1954, añadiendo detalles de moiré a sus elegantes diseños.
Aunque discreta, la presencia del moiré ha llegado a día de hoy. Para la Primavera/Verano de 2014 Carolina Herrera diseñó una serie de prendas con esta ilusión óptica en largas faldas de gasa que salían del típico estampado estival. Para otra primavera, la de 2018, Victoria Beckham imitó la minuciosa producción artesanal del moiré mediante métodos de impresión digital o serigráfica en sus faldas de seda sintética. Ese otoño, la diseñadora holandesa Iris van Herpen, conocida por fusionar tecnología con artesanía tradicional de alta costura, trabajó este efecto sobre trajes de organza plisada combinada con tela elástica plateada cortada con láser para conseguir un efecto de fluidez que le inspiraban el agua y el aire.
Aquella misma temporada, la del Otoño/Invierno 2018, un fabuloso vestido-capa ropsa fucsia con acabado de moiré tradicional iluminó el desfile de Alta Costura de Schiaparelli, y un año más tarde, fue la firma Kenzo quien jugó con esta ilusión yuxtaponiendo colores diferentes en sus prendas.
En el invierno de 2019, el director creativo Demna Gvasalia encontró una feliz coincidencia entre sus raíces streetwear y la herencia icónica de Cristóbal Balenciaga cuando eligió incluir en la colección prendas con tela de moiré, en un guiño a las elaboradas técnicas de tela vintage del fundador de la firma francesa que hoy pilota creativamente.
La fuerza del moiré alcanzó un nuevo estatus pop cuando Kim Kardashian West se puso un chillón look azul con patrón de moiré de latex creado para ella por el diseñador Thierry Mugler en ocasión de la fiesta post-gala del Metropolitan Museum.
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