Qué tándem más complicado forman la playa y el pelo, hasta el punto de que tan solo bastan unas pocas horas en la orilla del mar para comprobar el efecto tan demoledor que el sol y la sal tienen en nuestra melena: pérdida de suavidad, deshidratación, rotura… Por suerte, la única solución no pasa solo por volver a casa y pedir cita en la peluquería, también por una serie de gestos que ayudan a mitigar el daño, en la medida de lo posible. Una dinámica de tratamiento capilar que comienza antes de salir de casa, con la aplicación de un spray con protección solar, y culmina cuando volvemos, bajo la ducha, con la entrada en escena de una mascarilla reparadora. Hasta aquí ninguna sorpresa pero sí una sonora ausencia, la del cepillado.
Si algo hemos aprendido después de tantos veranos en la playa y en la piscina es que cepillarnos el pelo nada más salir del agua es vital para, primero evitar enredos indeseados, pero también si queremos conseguir que nuestro pelo luzca más bonito y, quién sabe, también con esas ondas surferas tan favorecedoras y que solo el agua de mar es capaz de conseguir.
Tres motivos más que suficientes para incluir un cepillo en nuestra bolsa de playa, ¿y entre todos ellos? Ninguno como el más famoso del mundo, cuando de desenredar se trata. Hablamos del modelo original de la marca Tangle Teezer.
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La clave de su éxito está en sus dos tipos de púas patentadas, rígidas pero flexibles, y diseñadas para facilitar el proceso de desenredado (tanto en seco como en mojado), pero también para evitar la rotura del cabello y potenciar su brillo natural con cada pasada. Y como tiene un diseño hergonómico y súper compacto podrás llevarlo a cualquier lugar sin problema de peso o espacio. No hay otro cepillo como este.
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