Más allá de ser uno de los proyectos de arte contemporáneo más espectaculares que se recuerdan en las últimas décadas, con llamativas formas y estilos y una atrevida paleta de colores como gran protagonista, Sonora Art Village es una verdadera explosión de emociones, una oda a la alegría pero también un lugar esperanzador donde los grises no tienen cabida.
Un año después de presentar Sonora House, una casa de estética futurista con volúmenes de distintas alturas y un balance armonioso entre colores pastel y formas geométricas situada en el desierto de Sonoma (México) y ante la repercusión obtenida gracias a ella, el dúo de arquitectos rusos Davit y Mary Jilavyan, artífices de tal proyecto, decidieron ampliar horizontes y crear a su alrededor un pueblo entero.
Y así surge, en pleno confinamiento y ante la necesidad de huir de un mundo de grises y colores oscuros, este lugar que tantos han definido como un sueño hecho realidad. «Queríamos crear un lugar donde las personas puedan venir y sentirse por un tiempo en un sitio completamente diferente, lejos de la realidad gris que nos rodea, para sentirse en un espacio 3D brillante, o incluso una caricatura. Es un lugar libre de prejuicios. No hay lugar para el racismo, el sexismo, la humillación. Intentamos crear una atmósfera completamente diferente que irradiara alegría, amor, felicidad», escriben los arquitectos a través de sus redes sociales.
Sonora Art Village mantiene el estilo vibrante y emocionante de su predecesor, con pequeñas casas de colores que conectan y dan lugar a lugares mágicas como piscinas o jardines, pero siempre con el minimalismo por bandera. Una fusión de arte, moda, belleza, estética… un verdadero sueño.
Todavía no es una realidad pero tomando como referencia las imágenes que cada día comparten sus creadores, donde incluso tienen cabida imágenes del interior de estas peculiares casas, y la inspiración de este dúo de arquitectos, los aclamados maestros Ricardo Bofill y Luis Barragán, solo podemos augurar que este lugar, tarde o temprano, superará a cualquier ficción.
La oda a la artesanía de Dior
Fuente: Leer Artículo Completo