Nadie podía imaginar hace cinco meses, cuando despedía a su padre, Carlos Falcó, que poco después tendría que decirle adiós a su marido y padre de sus tres hijas. La tragedia parece perseguir a Xandra Falcó, la heredera y ojo derecho del Marqués de Griñón, quien siempre la consideró su sucesora. Tras la pérdida de su padre, queda ahora viuda por el repentino fallecimiento de Jaime Carvajal, su marido desde hace 22 años y padre de sus tres hijas, Isabella (19), Camila (17) y Blanca (9). Hacía nada que la familia había llegado de Palma de Mallorca, donde habían pasado el verano con la discreción que siempre les ha caracterizado.
Físico de formación, Jaime Carvajal (56 años), marqués de Almodóvar del Río y actualmente consejero delegado del banco de inversiones Arcano Partners, se casó con la Marquesa de Mirabel en 1998, en una ceremonia a la que asistieron el entonces aún príncipe Felipe, gran amigo del novio, y la infanta Cristina con Iñaki Urdangarín, además de una gran representación de la nobleza y la aristocracia española. A pesar de su posición, el matrimonio vivía alejado de los focos, excepto cuando alguna noticia relacionada con Carlos Falcó o Tamara Preysler llamaba la atención sobre Xandra.
Amante de la tranquilidad y el campo, experta enóloga y emprendedora del sector gastronómico, Xandra Falcó fue nombrada el pasado junio presidenta del Círculo Fortuny, sustituyendo, precisamente, a su padre. Se trata de la principal asociación española de la alta gama y la excelencia, cuya principal misión es aunar a las marcas y empresas del sector cultural y creativo de la excelencia española y darles visibilidad tanto nacional como internacional. Integrada por más de medio centenar de socios, Falcó se enfrenta al reto de revalorizar la percepción de la Marca España, fomentar la formación y promover medidas que luchen contra el fraude y las falsificaciones, una tarea interrumpida por la tragedia del fallecimiento de Jaime Carvajal.
En los últimos años, Xandra Falcó había visto cómo la buena relación que mantenía con su padre y, sobre todo, la armonía que habían logrado al frente del negocio familiar se rompía debido a la relación del Marques de Griñón con Esther Doña, 40 años menor que él y su cuarta esposa. De hecho, las fuertes discusiones entre la pareja trascendieron (hubo una denuncia por parte de la policía que no llegó a prosperar) y preocuparon mucho a los hijos de Carlos Falcó. Por supuesto, el hermetismo familiar impidió que el escándalo fuera a más, pero el polémico matrimonio del Marqués tuvo consecuencias: Xandra dejó su puesto como directora general de Pagos de Familia Marqués de Griñón, la sociedad familiar en la que trabajó durante 15 años.
Lo cierto es que la vida de Xandra Falcó ha estado desde siempre íntimamente unida a la de su padre y los altibajos de este han hecho muchas veces mella en ella, no solo en cuestiones laborales (por su misión común al frente de la empresa familiar) sino en su infancia. El divorcio de Carlos Falcó de Jeannine Girod, su primera mujer y madre de Xandra y su hermano mayor Manuel, fue traumático. El matrimonio solo duró de 1963 a 1970 y los dos hermanos lo pasaron muy mal con la ruptura.
No fue un divorcio amigable, aunque ambas partes llegaron hasta el final y consiguieron la anulación. Girod abandonó al Marqués de Griñón por Ramón Mendoza, un empresario amigo del rey Juan Carlos que años más tarde se convertiría en presidente del Real Madrid. Falcó consiguió la custodia total de los niños, algo raro en aquellos años, y se recluyó en el campo. Estaba saliendo con Sandra Gamazo cuando conoció a Isabel Preysler. Se casaron en 1980 y Xandra y Manuel vivieron parte de su adolescencia en la famosa casa de la calle Arga. Ninguno de los dos estuvo cómodo allí. Xandra siempre ha admirado muchísmo la extrema discreción de su madre, a la que hemos visto junto a su hermano Manuel acompañándola en el funeral de su marido.
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