El pasado 28 de agosto se exhibió en el Festival de Cine de Málaga ‘El Secreto de ibosim’. Su director es Miguel Ángel Tobías, alguien de quien conocemos, sobre todo, su labor detrás de las cámaras, pero no tanto su compromiso social con infinidad de causas.
Por hablar solo de algunas: su documental ‘Sueños de Haití’, con el que consiguió fondos para ayudar al país, tras el terremoto; ‘Gurba, la condena’, un documental que denuncia la violación de los derechos humanos del pueblo saharaui; o ‘Rising Nepal’, rodado para recaudar dinero para las víctimas que dejó el terremoto en Nepal, allá por 2015.
Corazón Ese mismo año, recibió la condecoración de Caballero de la Orden de la Estrella de la Solidaridad italiana, como reconocimiento a su compromiso profesional con los derechos humanos. Un gran honor, imagino…
Miguel Ángel Ya lo creo. ¡Cómo vas a pensar que un país, que no es el tuyo, puede reconocerte con una condecoración que entrega el propio presidente de la República! En aquel momento dije: «Tengo claro que no la merezco, pero recibirla me coloca en la situación de honrarla. Por eso voy a hacer que mi vida, a partir de ahora, me haga merecedor de ella».
C. Hablemos de trabajo. Hace 15 años creó su productora…
M. A. Cuando monté Acca Media lo hice con el convencimiento de que el audiovisual es el motor más potente para cambiar el mundo. Me di cuenta de que si los ejemplos que vemos a través del cine, la televisión, la publicidad… son positivos, la sociedad vira en positivo. Me obligué a no hacer nunca nada que atentara contra la dignidad, honor o intimidad de las personas y a hacer cosas que dejaran un poso positivo en la sociedad. Cuando tuve todo el equipo pensé en dar un paso más y me comprometí a rodar cada año un proyecto audiovisual 100% social, solidario y benéfico. Yo no recojo dinero, me quedo fuera de ese circuito, todo va de quien lo quiere dar a quien lo tiene que recibir. Sueños de Haití, el único documental que se hizo en el mundo en los días del terremoto, se proyectó en todo el planeta. El presidente Martelly me dijo que nunca sabríamos cuántos millones de euros le había reportado al país ese documental, no solo por las donaciones directas, sino porque le permitió utilizarlo en el FMI, en la Fundación Bill Clinton, en la Unión Europea…
C. Como no podía ser de otro modo, El secreto de Ibosim también es una película comprometida. En este caso con el medio ambiente. La primera de cine sostenible y con huella de carbono 0.
M. A. Sostenible porque hemos tenido en cuenta, hasta lo que la tecnología nos permite, reducir al máximo el impacto medioambiental. Vehículos de producción eléctricos, ropa de los actores reciclada, comida ecológica…Y de proximidad porque no se ha tirado nada. Pero es imposible dejar la huella de carbono a 0.
C. ¿Cómo lo han equilibrado?
M. A. La película tuvo una auditoría que determinó que había una huella de carbono de 40 toneladas. Lo que hicimos fue compensarla con 340 toneladas, plantando en la ribera del río Chícamo, en Murcia, arboles autóctonos.
C. ¿La temática de El secreto de Ibosim es también social?
M. A. 100%, porque hago proyectos sociales, pero necesito hacer proyectos comerciales, que me den dinero para poder acometer los otros, pero de alguna manera, lo social se ha ido comiendo a lo comercial, y ya no soy capaz de hacer algo que no tenga ese componente. La película es una metáfora sobre lo que le estamos haciendo al planeta, esquilmando los recursos naturales, pero también habla de dignidad, humildad, esfuerzo, solidaridad, amistad… Nos trae los mismos mensajes que estamos viviendo: cuidemos el planeta y cuidémonos entre las personas.
C. El reparto no es casual.
M. A. No, porque yo lo que quería era tener en el equipo técnico y artístico personas con conciencia, que amaran el concepto de cuidar el medio ambiente. Ha sido fascinante, porque el equipo que se ha creado, desde Rodolfo Sancho hasta Cayetana Guillén-Cuervo, pasando por Miriam Díaz-Aroca o Xenia Tostado… todos han tenido un compromiso maravilloso con el trabajo que estábamos haciendo. Ha sido un privilegio rodar con ellos.
C. Y también ha apostado por caras nuevas, entre ellas la de Grecia Castta.
M. A. Tiene pasión por la interpretación. No hace más que estudiar y empaparse. Cuando la oí hablar por primera vez, me dije: «esta chica va a tener un papel en la película». A mí me han ayudado y eso no lo olvido, por eso hago todo lo que puedo por ayudar.
C. Y para Grecia Castta, ¿cómo ha sido la experiencia?
Grecia Castta Miguel Ángel es un ser maravilloso como persona y como director. Ha sido un honor haber trabajado con él. Me llevo una experiencia increíble de este proyecto bonito y diferente.
M. A. Por su edad y su aspecto podría dar un punto frívolo y nada más lejos de la realidad, tiene una profundidad brutal.
C. ¿Un físico estupendo ayuda o puede ser un hándicap?
G. C. Es un hándicap, sobre todo para las mujeres, porque parece que estés ahí por otras cosas y tienes que demostrar el doble lo que vales. Pero es un reto y eso hace que te crezcas.
C. ¿Hablamos de futuro?
G. C. Tengo varios proyectos que están en el aire por la COVID: otra película con Miguel Ángel, un proyecto con Enrique Cerezo y muchas ganas de que se retome todo…
M. A. Yo siempre estoy en tres proyectos a la vez. Como proyecto comercial estoy trabajando en una serie documental, que recorra España de manera sostenible, contando historias de gente que esté haciendo cosas en favor de la biodiversidad. Como proyecto social, estoy dándole vueltas a una historia que quiero rodar en todo el planeta, para hablar de las consecuencias del hambre en el mundo. Que sigamos tolerando que haya mil millones de personas pasando hambre es la gran vergüenza de la humanidad.
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