María Rey nació en Vigo, el 21 de marzo de 1967. Estudió periodismo en la Universidad Complutense. En la actualidad, presenta el magazine ‘120 minutos’, en Telemadrid. Comenzó su carrera en la SER de su ciudad natal. Más tarde se hizo cargo de los servicios informativos del Centro Territorial de Madrid. Tras esa etapa, se incorporó al departamento de televisión de la Agencia Efe. Su gran salto se produjo en 1992 cuando fichó por Antena 3 TV para presentar el Informativo junto a Roberto Arce. Durante dos décadas ha cubierto la corresponsalía parlamentaria para Atresmedia y presidió la Asociación de Periodistas Parlamentarios Desde 1996 hasta 2016. En 2017, publicó ‘Juego de escaños’, sobre la crisis de credibilidad que atraviesa la política en España. Es vicepresidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid.
Hoy Corazón Antes de hablarme de su actual compañero perruno, ha querido contarme una historia sorprendente.
María Rey Hace años Olga Viza nos regaló a Max, un labrador hijo de Bola, su perra. Era inquieto y habilidoso. Cuando abrías la puerta del jardín, salía corriendo, aunque siempre terminábamos encontrándole porque no se iba lejos. Como es lógico, tenía su chip con mi teléfono.
H.C. Me inquieta, no sé cómo terminará la historia. ¿Qué ocurrió con Max?
M.R. Un día Max se escapó y no pudimos encontrarle. Pasamos el duelo con gran tristeza. Y sorprendentemente, ocho años después me llamó la Policía Municipal de Navacerrada para decirme que había aparecido. No lo podía creer. Fuimos a buscarle, no caminaba bien, pero cuando vi su carita y pronuncié su nombre, se puso a llorar. Yo también lloré y los niños. Lloramos todos. Creo que alguien se lo llevó y cuando vieron que tenía problemas de salud lo abandonaron. Max tenía problemas en sus patas traseras y tuvimos que operarle para que no tuviera dolores. Sus últimos dos años tuvo una buena calidad de vida y mucho cariño.
H.C. Qué bonita historia. Ahora me gustaría conocer a su carlino.
M.R. Espera, Ángeles. Después de Max, encontramos en la calle una caja con un cachorro y un biberón. Lo llevamos a una clínica para que lo examinaran, no sabían la raza y todavía no había abierto los ojos. Intentamos buscar a alguien que se quedara con él pero al final se vino a casa. Pero aquel pequeño empezó a crecer y crecer, hasta que se convirtió en un mastín. Era imposible tenerlo en casa por el tamaño y le buscamos un hogar donde pudiera correr… Nos quedamos muy tristes y empecé a buscar un perro más pequeño y encontré a Bobo.
H.C. ¿Quién es Bobo?
M.R. Tiene seis años y es buenísimo. Le pusimos el nombre Bobo porque al principio era la imagen que nos daba, pero es muy simpático. Tenemos que cuidar su peso, porque no hace mucho ejercicio y tiene tendencia a engordar. Es avisador, cuando llega alguien a casa ladra, y se calla cuando nota que no hay problemas. Es muy tranquilo, no tiene nada que ver con el carácter de los anteriores. Yo hablo mucho con Bobo, nos entendemos muy bien.
H.C. Se cumplen dos años al frente del programa ‘120 minutos’ que se emite en Telemadrid. ¿Cuál es su balance?
M.R. Cumplimos dos años en emisión diaria y el programa no deja de crecer. Es una gran noticia porque en este mundo es complicado, encontrar un hueco y asentar un producto es una suerte. La televisión es muy voluble y lo que funciona puede dejar de funcionar. Yo lo vivo de otra manera, es la primera vez que en pantalla soy yo tal cual. Ha sido un acierto dejarme llevar y no estar pendiente de qué pensarán los demás. Estoy muy cómoda, el plató nunca me resultó un espacio tan relajado.
H.C. Durante muchos años ha trabajado en la televisión privada y ahora ha pasado a hacerlo en la pública. ¿Ha encontrado alguna diferencia?
M.R. Hay mucha diferencia. De concepto, del sentido de responsabilidad… porque es quien nos paga, no exactamente a mí pues lo hago a través de una productora. Pero el producto lo pagan todos los madrileños.
H.C. Ha dedicado muchos años a la información parlamentaria. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
M.R. No tengo esa sensación. Pero no creo que estemos viviendo un buen momento. La política ahora mismo es más necesaria que nunca y se ha convertido en una actividad bastante decepcionante. La gente no ha percibido que el nivel de angustia, de preocupación, de sufrimiento se corresponda con la respuesta que esperan de la clase política, ya que lo que ven es que cada uno prioriza sus intereses. Es tan serio y tan angustioso lo que está pasando que todo el mundo tendría que hacer una llamada a la responsabilidad. No creo que un partido sea más irresponsable que otro, creo que es más una cuestión de personas, de actitud y no tanto de siglas. Le damos mucha importancia ahora a la generación que está en la política, la mayoría de los cuales es gente joven, con carreras prometedoras, ya que la mayoría ronda los 40… A mí, sin embargo, me parece que nos hubiera ido mejor con una generación que rondara los 60.
Fuente: Leer Artículo Completo