Carme Artigas (Vilassar de Mar, 1968) se puso en febrero al frente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial para acometer la transformación digital de nuestro país. Experta en big data e inteligencia artificial, cuenta con una amplia trayectoria académica y profesional, en la que ha combinado el sector público y el privado. Ingeniera y licenciada en Ciencias Químicas, está ahora tras Radar Covid, la aplicación de rastreo de contagios, clave para contener el avance del coronavirus, pero que aún no está operativa en todas las comunidades.
Mujerhoy Poco después de llegar a la Secretaría de Estado, de nueva creación, se declaró el estado de alarma…
Carme Artigas Éramos aún una Secretaría en construcción, sin plena creación de equipos, y llegó la pandemia y el teletrabajo… Han sido muchos los retos: desde la multiplicación por 500 de los trámites online en la Administración digital, al desarrollo de herramientas de asistencia a la salud. Hay cosas que el país ya necesitaba, brechas por cubrir. Los funcionarios han hecho un esfuerzo enorme que no se pone en valor.
M.H. ¿Qué la llevó a aceptar el cargo?
C. Artigas Lo último que había pensado era meterme en algo que me ocupa y preocupa 24 horas. Fue la decisión más difícil, no el contenido, que es único. La vicepresidenta Calviño me trasladó la sensación de oportunidad única y urgencia. Si tu país te ofrece este reto, no puedes decir no.
M.H. ¿Su bagaje previo, como emprendedora y empresaria, le ha ayudado a afrontar el reto?
C. Artigas El espíritu emprendedor me ayuda. Cuando te toca gestionar una crisis sin nada previsto, sacas tus habilidades de innovación, creación y adaptación al cambio. Quizá el denominador común de mi trayectoria es que siempre he tenido que crear algo que no existía.
M.H. Pero este momento es excepcional.
C. Artigas Difícilmente ocuparemos la primera línea a nivel europeo que merecemos si dejamos pasar el tren de la transformación tecnológica de la economía. La pandemia ha puesto de manifiesto que la Administración, cuando hace falta, es ágil. Esa agilidad queremos aplicarla a la ejecución de los fondos europeos.
En la app han trabajado los países de la UE y 20 centros de investigación. Nos interesa que funcione en todo el terrirorio europeo».
M.H. Uno de los principales proyectos que ha puesto en marcha es Radar Covid. ¿Por qué es tan importante?
C. Artigas Es una herramienta de protección personal y solidaridad, porque tú eres responsable de comunicar tu positivo para que sean alertados quienes han estado a menos de dos metros de ti durante al menos 15 minutos. Es 100% anónima, no recaba datos personales, solo guarda códigos encriptados, y voluntaria. Si el 20% de la población la descarga, reducimos el impacto de la pandemia un 30%.
M.H. ¿Puede sustituir a los rastreadores?
C. Artigas La app ve mucho más que nosotros: la bajas, activas el bluetooth y te olvidas de ella. Trabaja para ti como un gran escudo protector. La prueba de La Gomera demostró que si un rastreador detecta dos o tres contactos, Radar Covid detecta entre 6 y 7, lo que supone doblar o triplicar la capacidad de control de la pandemia. Es un desarrollo tecnológico sin precedentes, ha requerido el trabajo durante más de cuatro meses de los países de la Unión Europea y más de 20 centros de investigación de máximo nivel. Se ha consensuado a nivel epidemiológico porque nos interesa que funcione en todo el territorio europeo. En octubre empezamos las pruebas de interoperatividad.
M.H. ¿Dónde está plenamente operativa?
C. Artigas Hay ya 16 comunidades capaces de generar y distribuir los códigos [en el momento de la entrevista, faltan Cataluña y Ceuta], lo cual representa el 85% de la población conectada. Ya la han descargado 4,3 millones de ciudadanos. El objetivo es llegar en un tiempo razonable a ocho millones, el 20% de la población.
M.H. ¿Las comunidades han sido eficaces al integrarla en sus sistemas de salud?
C. Artigas Han hecho un esfuerzo ímprobo. Conseguir el 90% del objetivo correcto es mejor que el 100% del objetivo equivocado. Hay una app nacional y eso marca una manera de trabajar conjuntamente. Si hubiéramos tenido 17 aplicaciones distintas, la información hubiera sido inmanejable.
M.H. Pero algunas, como Madrid, aún no facilita esos códigos a los positivos…
C. Artigas Cada comunidad sabe qué es lo que mejor funciona a la hora de comunicar la información a sus ciudadanos. ¿Qué necesita decidir? Si esos códigos los da el médico al tiempo que el diagnóstico, los rastreadores o el laboratorio. La app está aprobada y Madrid lleva semanas conectada.
M.H. ¿Ha habido obstáculos tecnológicos?
C. Artigas Evidentemente, existe una brecha digital. España es de los países del mundo con mayor número de móviles, más de 55 millones, pero 700.000 hogares no tienen ordenador ni internet. La app no está pensada para cubrir el 100% de la población, pero menos de un 4% quedaría fuera.
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