Eugenia Martínez de Irujo, sobre su faceta de pintora: Necesitamos color en estos momentos tan grises

Se podría decir que ha nacido entre cuadros y Alegrías, que ha crecido junto a los grandes maestros que cuelgan de las paredes de Liria, que ha perseguido el taconeo y las palmas de su madre junto a Enrique el Cojo por los salones de su casa y que, seguramente tras ella, por pasillos y escaleras, aprendió a identificar en qué se diferencia un Tiziano de un Goya, un Ribera de un Zurbarán, un Luca Giordano de un Guido Reni o una bulería de unos tanguillos de Cádiz.

“Dibujo y pinto desde siempre, pero le tengo demasiado respeto a la pintura como para lanzarme al ruedo como pintora”, nos cuenta Eugenia Martínez de Irujo, que inaugura su primera exposición flash, de tan solo dos días y bajo régimen de cita previa estricta, en las salas de Espacio Valverde, la galería madrileña regentada por Asela Pérez Becerril y Jacobo Fitz-James Stuart.

Y es que la duquesa de Montoro no solo ha vivido el arte desde las paredes de su casa. Aprendió mezclas, aguadas, texturas del papel y a empuñar los distintos pinceles. Su madre pintaba, su hermano Jacobo también. Ella, en un rincón, miraba y aprendía. Además de haber vivido con esa inmensa herencia cultural de Alba, ahora, junto a su marido Narcís Rebollo, uno de los mayores coleccionistas y entendidos en arte contemporáneo, se está acercando al arte de vanguardia y el arte urbano, algo que la ha animado a retomar su trabajo con los pinceles.

Obra de Eugenia Martínez de Irujo.

“Me daba palo ir a una academia, porque soy consciente de mis limitaciones, pero no quería que me quitaran la espontaneidad, la frescura y la simpleza con la que yo estaba tan a gusto. Por eso, volví a coger los pinceles durante la confinación y he sido superfeliz de haberlo retomado con ganas y fuerzas. Puedo decir que he sacado algo positivo de este confinamiento, aunque solo sea porque necesitamos color en estos momentos tan grises", expresa.

Asela Pérez Becerril, mujer de su sobrino Jacobo Fitz-James Stuart, ambos propietarios de la Galería Espacio Valverde, nos explica que durante dos días se expondrá una colección de 65 obras de dos tamaños diferentes, realizadas casi todas en guasch sobre papel y con temas tan variados como naturalezas, aves exóticas y una preciosa selección de dibujos orientales que saldrán a la venta online entre 350 y 600 euros a beneficio de la Fundación Querer que dirige la periodista Pilar García de la Granja para niños con problemas neurológicos.

Algunas de esas pinturas las había publicado Eugenia en sus redes sociales y se había dado cuenta de que despertaban un gran interés entre sus seguidores, por lo que decidió ponerlas al alcance de todos a cambio de una contribución que se destinará íntegramente a estos niños. “Es una mínima aportación por mi parte, una forma de seguir colaborando ante esta desesperante situación y de compartir estos dibujos realizados durante mis días de confinamiento”.

Obra de Eugenia Martínez de Irujo.
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