Por qué en España no tenemos políticas que estén en Instagram y Twitch o jueguen a Among Us como Alexandria Ocasio-Cortez

No sucede solo en Estados Unidos, pero allá el fenómeno se observa mejor que en ningún sitio: la campaña electoral, esa avalancha de marketing, propaganda y contenidos políticos estratégicamente diseñada por un grupo de asesores de élite, ha explotado. Ya no es una, sino muchas. En las presidenciales que enfrentan a Donald Trump y Joe Biden que nos ocupa, al menos dos: la que se ve por televisión y la que lidera, con diferencia, Alexandria Ocasio-Cortez en redes sociales. Su dominio de la comunicación política a través de los canales digitales es sobresaliente, lo que el mundo espera de la nueva generación de políticos millennial que ha entrado en las cámaras de representantes del mundo en la segunda década del siglo XXI. Es la nueva política.

En las últimas semanas, Alexandria Ocasio-Cortez ha vuelto a demostrar qué significa ser nativa digital y por qué su dominio de las redes supera al del mismísimo Barack Obama, bien asesorado pero lejos de convertirse en la inteligente productora de contenidos sociales que es Ocasio-Cortez. En Instagram dejó dos momentos virales: un elogio a Ruth Bader Ginsburg en la misma noche de su muerte (“No cedáis a la tentación de la desesperanza y el cinismo”) y un vídeo viral en el que desgranaba sus secretos de belleza mientras colaba otros de sus discursos políticos y pedía el voto para el partido demócrata.

https://www.instagram.com/p/BcaFVc6lK6X/

Pero el gran gol de esta campaña lo ha marcado en Twitch, la plataforma de streaming de Amazon: entró a jugar online al juego ‘Among Us’ y casi bate el récord de espectadores en una partida: 438.000 personas. Aprovechó, de nuevo, para pedir a los jóvenes que acudieran a votar. En el planeta paralelo de las redes, la campaña es suya. En Twitter, Alexandria Ocasio-Cortez tiene casi 10 millones de seguidores, tres más que Kamala Harris, dos menos que Joe Biden y muy lejos de los 87 de Donald Trump. Sin embargo, su poder no está en la cantidad sino en la calidad: arrasa en las interacciones. Su porcentaje ronda el 2,8%, mientras que Trump está en el 0,2%. Hablamos de 43 millones de interacciones en un mes (enero de 2020) contra 17.

https://www.instagram.com/p/B0WtURHAwIm/

Los analistas coinciden: además del factor generacional, Alexandria Ocasio-Cortez resulta imbatible en las redes por su talento como creadora de contenido. La congresista demócrata no se limita a reaccionar en sus publicaciones, sino que procura que sus comunicaciones funcionen en un doble nivel: como mensaje político y como producto viral. Dicho de otra manera: hace diseño de producto. De esta forma, ella es la única dueña de su propia narrativa. Si la oposición sostiene que ha conseguido su escaño debido a una pura cuestión demográfica, publica las fotografías de sus zapatos con las suelas agujereadas de tanto hacer campaña. Si filtra un vídeo en el que baila sexy, publica otro bailando más y mejor.

https://www.instagram.com/p/CGrBlo7gxQJ/

En España, la entrada de la generación millennial en política se produjo incluso antes de la llegada al Congreso de Alexandria Ocasio-Cortez y su escuadrón de mujeres (atención a cómo posan, casi siempre, conjuntadas con el mismo color). Aquí también se sientan en sillones parlamentarios mujeres y hombres que rondan los 30 años. Y, sin embargo, solo la etiqueta indumentaria puede delatar su juventud (sin embargo, AOC suele vestir impecablemente clásica). Difícil explicar por qué la relevancia en redes y su conexión con las jóvenes generaciones es tan insignificante. ¿Por qué tratan de asimilarse tantísimo a las de las generaciones mayores en vez de distinguirse de ellas? ¿Por qué buscan asemejarse a los políticos de 40, 50 y 60 años y no se dedican a los nuevos canales de comunicación?

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