Noche de juerga; ‘Acacias 38’

QUÉ HA PASADO

• Aurelio logra que Anabel pase una noche con él.

• Natalia tiene la intención de conquistar a Felipe.

• Antoñito vuelve de viaje con sus ideas cambiadas.

Ignacio ha prometido a su tío que estudiará muy duro para sacarse la carrera de Medicina. Sin embargo, una noche decide tomarse un pequeño descanso y se va a la taberna.

Allí lo encuentra José, que al principio se enfada con el muchacho: “Me dijiste que ibas a esforzarte y no veo que estés haciéndolo”. Pero más tarde, se une a la juerga.

Cayendo la madrugada, ambos se presentan en su domicilio. Bellita es quien los recibe con un gran regañina. “¡Me teníais con el alma en vilo! Sois unos descerebrados y encima venís oliendo al alcohol”, asegura dando un portazo y metiéndose en su habitación.

Cuando al Choco se le pasa la borrachera, decide cambiar a su sobrino el turno de las clases. A partir de ahora irá por las mañanas y no por las noches. Así evitará la tentación de terminar en un bar.

Por otro lado, Liberto está muy angustiado por su matrimonio. Rosina le reprocha que ya no es romántico con ella y ni siquiera la tiene en cuenta.

El hombre hace todo lo posible por hacerle cambiar de opinión, pero nada surte efecto.

Agarrándose a un clavo ardiendo, decide unirse a la tuna que han creado Servando y Jacinto. “Iremos cantando composiciones de amor y nuestras mujeres se derretirán por nosotros”, comenta el portero.

No obstante, el grupo termina siendo un fracaso estrepitoso. No solo no cantan bien, sino que tienen una desorganización tremenda. Viendo sus carencias, deciden pedir ayuda a Domínguez. Este se resuelve a echarles una mano: “Aquí hay mucho trabajo que hacer, queridos míos”.

Ajena a los tejemanejes de sus compañeros de altillo, Casilda pasea por el barrio cuandose topa con un vendedor de almendras garrapiñadas. La criada suelta todos los trastes al suelo y se queda impactada. “¿Es mi Martín?”, sopesa con el corazón acelerado.

Durante la tarde, la joven no deja de darle vueltas al casual encuentro y piensa que el desconocido que ha visto es su fallecido esposo: “Se ha reencarnado para estar conmigo de nuevo”. Al día siguiente, decide volver al puesto del muchacho y conocerlo mejor.

A su vez, en el apartamento de los Palacios, la situación de calma y paz que habían logrado está a punto de estallar por los aires. El culpable es Antoñito, que con sus ideas conservadoras radicalizadas tiene a toda la familia muy enfadada.

Ramón no reconoce a su hijo, menos aún cuando concede una entrevista a un diario nacional llena de prejuicios e intolerancia. El patriarca intenta hacer entrar en razón a su vástago: “Tú nunca has sido así, no sé qué te ha pasado en África, con quién has estado o qué viste, pero no es excusa para que digas estas tremendas barbaridades”. El diputado ignora las palabras de su progenitor y la mirada de angustia de su esposa, presente en la discusión.

Méndez ha llegado a la droguería donde se compró el veneno que terminó con la vida de Felicia. El inspector enseña al tendero una foto de la señorita Quesada y este la identifica como la mujer que compró el tónico.

Acto seguido, el policía informa a Marcos, quien, sin dudarlo, ataca a Natalia en plena calle, pero sin revelarle el motivo de su furia. Además, le echa en cara que, junto con su hermano, hayan puesto a Anabel en su contra: “Sois unos malnacidos y no me temblará el pulso para acabar con vosotros de una vez. Quedáis avisados”

Lejos de allí, Soledad se encuentra en casa de los Bacigalupe acabando sus tareas, cuando alguien llama a la puerta. En el descansillo solo hay un paquete que lleva su nombre y apellido. En el interior, un cartucho de dinamita. La sirvienta se asusta al ver el contenido, pues tiene que ver con un episodio muy turbio de su pasado.

En el restaurante Siglo XX, Daniela está en la bodega y empieza a inspeccionarla. Roberto entra en ese instante y la descubre, pero la camarera sabe salir bien librada. Sabina llega en ese momento y se pone celosa al descubrir a la pareja sola y en penumbra. “Escúchame, no quiero que te acerques a ella”, le dice a su marido.

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