Abandonar un grupo de éxito para comenzar una carrera en solitario casi nunca sale bien. Que se lo digan a las Spice Girls, que nunca lograron de manera individual la misma repercusión que cuando cantaban juntas. Pero no siempre tiene por qué ser así. Que se lo digan si no a Harry Styles, que lejos de haber caído en el olvido tras la disolución de los One Direction, acaba de dar un importante paso en su meteórico camino hacia convertirse en uno de los artistas masculinos más relevantes del momento.
Además de triunfar en lo estrictamente musical, siendo su canción Watermelon Sugar una de las más escuchadas del año; el británico sigue explorando diferentes campos en los que desarrollar su creatividad. Por ejemplo en el cine, donde tres años después de demostrar su valía debutando a las órdenes de Christopher Nolan en Dunkerque, siguen llamándole para participar en proyectos tan esperados como Don’t Worry Darling, la nueva película de Olivia Wilde que actualmente está rodando junto a estrellas como Florence Pugh y Chris Pine.
Claro que si hay un campo donde Styles ha resultado ser toda una revelación es el de la moda. Sobre todo desde que Gucci lo eligiera como imagen de la firma y lo convirtiera en el referente de estilo masculino que necesitaba el siglo XXI: el de los hombres dispuestos a explorar sin miedo los límites del género.
Y precisamente eso es lo que le ha llevado a lograr un hito histórico: convertirse en el primer protagonista masculino que aparece en solitario en la portada de Vogue USA, donde Styles posa para Tyler Mitchell para reivindicar las bondades del genderfluid en una espectacular sesión en la que se atreve a llevar espectaculares kilts de Comme des Garçons, abrigos desestructurados de Maison Martin Margiela y, por supuesto, trajes tanto masculinos como femeninos de Gucci.
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“De niño me encantaba disfrazarme. Recuerdo que cuando era un niño tuve que llevar mallas para una obra de teatro y me pareció una locura. ¡Supongo que ahí fue donde comenzó todo”, explica Harry sobre su fluido estilo en la entrevista interior. “Nunca puedes estar demasiado vestido. No existe tal cosa”, afirma.
“La ropa está para divertirse, experimentar y jugar”, continúa diciendo mientras enumera a los artistas que han sido siempre sus referentes tanto en lo musical como en lo visual. “Prince, David Bowie, Elvis, Freddie Mercury, Elton John…. De niño me explotaba la cabeza cuando les veía y gracias a ellos, cuando ahora me pongo alto realmente extravagante no me siento un loco”, sentencia.
“Cuando te das cuenta de que no tiene por qué haber una ropa para hombres y otra ropa para mujeres, cuando eliminas esas etiquetas, obviamente entras en un mundo de posibilidades infinitas.Es como cualquier cosa en la vida: cada vez que te pones barreras simplemente te estás limitando. Hay mucha alegría en atreverse a jugar con la ropa. Realmente nunca he pensado demasiado en lo que significa, simplemente se convierte en esta parte extendida de mi creatividad”, concluye.
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