Rocío Peralta: "Podré sobrevivir con mi firma, pero psicológicamente me ha afectado mucho"

Sin ferias y sin un calendario que augure mejores tiempos, la crisis que atraviesa la moda flamenca se visualizó con una manifestación en Sevilla donde hubo un desfile de volantes negros y una preocupación colectiva por el futuro del sector.

De este panorama y de la que se avecina hablamos con Rocío Peralta, una de las grandes firmas en la materia.

Hoy Corazón ¿Qué está pasando con la moda flamenca que se ha tenido que vestir de luto para protestar por la situación? ¿La cosa es tan grave como anuncian?

Rocío Peralta El sector está muy afectado. No hemos podido rematar las ventas ni entregar el trabajo que se había vendido. Hay incertidumbre por el futuro que viene porque hemos asumido que en el 2021 no habrá ni ferias ni romerías en todo Andalucía. El 2020 se da por perdido y el 2021 igual. Son fiestas que aunque sean al aire libre, la gente se aglomera en espacio pequeños. Las casetas son espacios pequeños donde apenas hay ventilación y con el protocolo actual es imposible. No podemos meternos todos ahí ‘apiñaitos’. No sé si en Sevilla se podrá inventar otro tipo de feria al aire libre, algo totalmente diferente a la que estamos acostumbrados, que tampoco hay que olvidar el caudal de dinero que generan las ferias, pero hoy por hoy es algo que no se sabe y de ahí que estemos expectantes pero muy preocupados.

H. C. La moda flamenca se compone en su mayoría por talleres pequeños que mantienen sus tradiciones y generan una economía casi familiar.

R. P. Son familias que se dedican de lleno todo el año a trabajar en este sector. Desde la bordadora de mantón a la especialista del encaje de bolillos o a las costureras que solo realizan patrones de flamenca. Es un golpe muy duro para todos porque nos ha cogido con una inversión fuerte de confección que teníamos preparada para la feria, que faltaba un mes, y que tras anularse te quedas al borde del precipicio y hay que sobrevivir como se pueda. Van a ser dos años negros y muchos no podrán sobrevivir.

H. C. Acabar con la hostelería y las ferias en ciudades como Sevilla y tantas otras de Andalucía es casi como acabar con su identidad.

R. P. Aquí, en cuanto pasa la Navidad, la gente se pone a pensar en la feria y las señoras encargan sus vestidos con toda la ilusión del mundo. De ahí que hoy las ciudades estén tan tristes frente a la alegría que siempre se ha vivido.

H. C. ¿Usted va a poder seguir?

R. P. Afortunadamente tengo bien gestionada mi firma de moda y creo que podré sobrevivir, aunque psicológicamente me ha afectado muchísimo lo que está pasando y la tristeza general. Veo que en otros sitios como Madrid la gente está mejor que en Sevilla. Aquí todo el mundo está fatal y me da mucha pena. Además de la gente cercana que está muriendo y sufriendo esta pandemia, está la otra cara de un momento horrible con tantas penurias. Me salva que tengo dos líneas de moda aparte de la flamenca y sigo con mis encargos y clientela, pero ya veremos cómo se va desarrollando todo, aunque intento ser positiva y confiar en que las cosas mejorarán. Recuerdo que comencé con la moda en la crisis de 2010 y fue un año de oportunidad. Quiero tomármelo como una oportunidad para reinventarme y buscar nuevas salidas. Por suerte mi cabeza no para y siempre maquino cosas nuevas.

H. C. Una Peralta sabrá también que la crisis taurina ha sido demoledora en esta pandemia.

R. P. Vivimos una crisis general y también parece que hay quien quiere acabar con la identidad de nuestro país. Respeto a todo el mundo y entiendo que haya quien no aplauda el mundo taurino, pero eso no quita que las cosas que identifican a nuestro país sean el buen clima, el flamenco y la Fiesta Nacional, hoy, por desgracia, solo queda el buen tiempo.

H. C. ¿Cómo cree que pasará la Navidad?

R. P. La idea es juntarnos todos los hermanos y primos con los padres en el campo, siempre tras hacernos las pruebas, pero ya veremos si se puede. Estamos a verlas venir realmente.

H. C. ¿Ha sufrido alguno de la familia la enfermedad?

R. P. Mi padre, a sus 87 años, ha podido superar la COVID. Lo pasó en el mes de enero, cuando lo ingresamos pensando que se trataba de una neumonía. Estuvo cuatro días en el hospital y por suerte su evolución con el tratamiento fue fenomenal. Yo también lo he pasado al igual que mi hermana Lola y mi marido Cayetano. Fue en febrero y hasta que no nos hicimos las pruebas en mayo no sabíamos que teníamos anticuerpos. Mi madre, sin embargo, no lo ha pasado y eso que estuvo cuidando a mi padre todos los días sin mascarilla.

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