Tu piel también necesita defensas: así las puedes reforzar para evitar que se vuelva sensible

Durante el confinamiento nos dimos cuenta de lo importante que es la vitamina D para la piel esté saludable y luminosa. Ahora también descubrimos que es es crucial que sus defensas estén perfectas para prevenir el envejecimiento, que se vuelva sensible y que padezca de acné o rosácea. “La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y tiene funciones importantísimas, es la barrera de nuestro sistema con el exterior y está formado por células, por lo que es una estructura viva. Por esto es fundamental reforzar tanto las defensas del organismo como las de la piel”, asegura la Dra. Elena Soria, médico nutricionista de Clínica Menorca. Es esencial tener una microbiota cutánea (microorganismos en la piel) equilibrada para tener una tez saludable, pues de lo contrario, la dermis envejece más rápido.

“Para aumentar las defensas del sistema inmunológico es aconsejable que sigas una dieta rica y equilibrada, variada, coloreada y con especial atención en añadir frutas y verduras, con el fin de aumentar la ingesta de antioxidantes y nutrientes asociados al aumento de dichas defensas”, sostiene Meritxell Martí, farmacéutica, gerente de la Farmacia Meritxell. De esta manera proporcionarás todas las vitaminas esenciales para reforzar las defensas del organismo y de la piel: vitamina A, todo el grupo de vitaminas B, la vitamina C que favorece la síntesis del colágeno, la D y la E. Y tampoco debes de olvidarte de los minerales: “El zinc es muy importante, no solo por el coronavirus, sino también por la alta incidencia en gripes y constipados, propia en esta época. Se encuentra en alimentos como ostras, hígado, almejas, carnes rojas, avellanas, almendras, pollo, pavo, queso y copos de avena”, añade Soria.

Además con motivo de la pandemia de COVID-19 los expertos en inmunorología aconsejan aumentar la ingesta de varios micronutrientes en forma de suplementos, como las vitaminas C, E y D, o el zinc, ya que son capaces de mejorar la inmunidad específica, en especial la encargada de producir más anticuerpos. Lo recomendable son pautas de dos o tres meses, dos veces al año, y variar de micronutrientes según las circunstancias de cada persona.

Tampoco debes olvidar que descansar bien es fundamental, ya que el sueño es un regulador del sistema inmune. Nuestro cuerpo elimina las toxinas acumuladas mientras dormimos (entre las 11 de la noche y las 4 de la madrugada); también se intensifica la regeneración de la dermis, aumenta la circulación de la sangre y las cremas actúan mejor. La falta de sueño, por el contrario, afecta a la luminosidad del rostro. “Esto se debe a que, cuando dormimos poco o mal, nuestro cuerpo libera noradrenalina, una sustancia que reduce la circulación sanguínea y, en consecuencia, la oxigenación y el aporte de nutrientes a la piel, que muestra un aspecto deshidratado y opaco”, explica la doctora. Por no hablar que no dormir bien aumenta el estrés, que causa o empeora acné y dermatitis atópica.

Por último, “si tratas la piel a diario con cosméticos que incluyan en su formulación probióticos, vitamina C y ácido hialurónico, podrás regenerar los mecanismos fisiológicos en la superficie y en lo más profundo. La piel vuelve a ser capaz de defenderse contra el envejecimiento natural y las fuentes externas de agresión” explica Pauline Hauchecorne, directora de comunicación científica de Laboratorios SVR.

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