Adiós a las manchas, ¿cómo? Atacando la producción de melanina: he aquí la guía infalible

Hay algo que da un aspecto envejecido a la piel y no son las arrugas, sino las manchas. Disimularlas con maquillaje es una opción, pero no la mejor. A la larga, es difícil sortear esta pigmentación irregular porque son numerosos los factores que pueden desencadenarla: los cambios hormonales, la exposición prolongada al sol, la polución, algunos fármacos, las cicatrices de acné, la edad…

En forma de léntigos (manchas bien delimitadas que suelen aparecer en las zonas más expuestas de la cara y en el escote) o melasmas (sombras desdibujadas y con tono desigual, sobre todo, en la frente, los pómulos y por encima del labio superior), afean la piel. Y no son fáciles de eliminar, pero se pueden difuminar e, incluso, hacer desaparecer si eres constante con el tratamiento cosmético y sales de casa, durante todo el año, con un fotoprotector puesto.

Borrón… y piel nueva

Cuando este problema se está haciendo fuerte en tu piel o ya se ha extendido en varias áreas del rostro, es hora de acudir al dermatólogo, que realizará un diagnóstico preciso del tipo de lesión y prescribirá el tratamiento más idóneo. Para casos leves o incipientes, los laboratorios cosméticos han desarrollado innovadoras fórmulas con muy buenos resultados. En perfumerías y farmacias hay líneas con los activos despigmentantes más eficaces, entre los que los expertos señalan a la niacinamida; los ácidos kójico, ferúlico y retinoico; y la hidroquinona. También conviene que estas cremas incorporen vitaminas A y E, pues aportan luminosidad.

En manchas persistentes o difíciles de borrar, se aconseja combinar la cosmética con láser o peelings químicos.

Pero si se trata de manchas persistentes o difíciles de borrar, es aconsejable combinar la cosmética con un tratamiento médico, como la luz pulsada o el láser, que producen una quemadura controlada. “Otra opción es el peeling químico, que pule la capa superficial de la piel y ayuda a igualar su tono. Normalmente los AHA (alfa-hidroxiácidos), como el glicólico y el láctico, se emplean para realizar una exfoliación superficial y progresiva. Los BHA (beta-hidroxiácidos), que trabajan en el interior, tienen la particularidad de penetrar en la célula grasa, destruirla y limpiar así el poro”, puntualiza la doctora Sandra Cabrera, médico estético de Clínica Opción Médica.

En todo caso, para prevenir su reaparición, la experta aconseja el uso de un filtro solar de amplio espectro. “Además, hay que complementar esta rutina con la aplicación de sérums con vitamina C, que es un potente antioxidante y reduce la aparición de hiperpigmentación. Por último, en el tratamiento domiciliario por la noche se pueden usar productos que contengan retinol, que ayuda a homogeneizar la textura”.

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