La Fundación Voces nació hace unos años con una misión: lograr el desarrollo sostenible de las personas y de los pueblos, tomando la cultura como base para el cambio social, reducir la pobreza y promover el desarrollo económico…
«Efectivamente. La cultura y la creatividad tienen una fuerza transformadora enorme. Es importante que la gente sepa que en España y en concreto en Cañada Real, un barrio muy céntrico de Madrid se está haciendo un trabajo importante»., afirma Norma Ruiz.
Hoy Corazón Hablamos con la actriz Norma Ruiz, vicepresidenta de la Fundación. Lo primero, he de felicitarles porque resultaron galardonados en los I Premios de Cooperación Público-Social convocados por el Ayuntamiento de Madrid, precisamente con esta iniciativa: ’16 kilometros de música para la Cañada Real’. Explíquenos en qué consiste el proyecto.
Norma Ruiz Es un programa de reinserción social que hemos comprobado que beneficia en la autoestima, en la socialización, en la motivación, en la transmisión de valores… La gente asocia La Cañada Real con la droga y lo cierto es que hay seis sectores en Cañada y del uno al cinco son sectores en los que el 34% de la población es extranjera, el 41% de etnia gitana y donde conviven, de manera normal, 30 etnias distintas de nacionalidades diferentes.
H. C. El Festival tiene una programación llena de debates, proyección de cortometrajes, de documentales, talleres de cocina, de teatro…
N. R. En la plataforma www.voces.fairsaturday.org aparte de toda la programación del festival, que se celebra del 19 al 29 de noviembre, aparece el proyecto de crowfunding para ayudar y apoyar a este evento. La programación de este año abarca desde talleres hasta debates, pasando por proyecciones de largos, de cortos… Hay una versión online y una parte presencial, con talleres de 5 personas como máximo, por temas de seguridad. Yo voy a moderar una mesa de debate tras la proyección de la película: Tensión sexual no resuelta. De este modo, ven cine español. El año pasado se hizo mucho teatro y alucinaron porque no habían ido a uno en su vida. Nos acompañaron amigos como Alba Flores o Alberto San Juan con sus compañías. Hay mucha gente que se ha implicado, pero este año ha sido más complicado.
H. C. Además del barrio madrileño Cañada Real, hay otras barriadas de ciudades como Bogotá, Puebla, Tetuán…
N. R. Sí, porque este año el festival ha sido Internacional. Ten en cuenta que ellos tienen la misma visión transformadora del arte y la cultura que nosotros. Está comprobado que la cultura hace que estos niños y estas mujeres mejoren cada día.
H. C. Otros temas que tratan son la sostenibilidad y la igualdad de género. No olvidemos que el pasado miércoles, 25 de noviembre, se celebró el día contra la violencia de género…
N. R. Por supuesto. Y, como homenaje tuvimos un concierto de Sheila Blanco.
H. C. Se quiere iluminar la Cañada Real por un gran apagón que se produjo el pasado 26 de octubre, afectando a miles de familias que, por ese recorte de luz eléctrica, no pueden tener encendida la nevera, ni poner la calefacción…
N. R. Así es. Eso la gente no lo sabe. Llevan mucho tiempo así. De hecho, hay un documental de Hugo Stuven, que se va a presentar en RTVE, llamado La voz de la Cañada, para que la gente conozca el barrio y descubra que no solo hay droga y vandalismo, sino que la mayoría es gente absolutamente normal que trabaja, que tiene su casa, su familia, que quiere formar parte de la sociedad, pagar su suministro de luz y que se legalice su situación. Lo que sucede es que no se les toma en serio. Tienen muchas barreras. No se puede tener a gente viviendo sin luz. Este Festival consigue dar visibilidad a esa realidad.
Está comprobado que la cultura hace que estos niños mejoren cada día
H. C. Utilizar la música como herramienta para la mejora académica y personal de los niños y niñas que viven en Cañada Real era un objetivo que se marcaron y que se cumplió con la creación de una orquesta sinfónica.
N. R.
La orquesta se llama Dando la nota y tendrías que ver a los chicos, con sus violines… Ahora no queda otro remedio que dar las clases como se puede, con 4 o 5, pero es maravilloso lo que puede conseguir la música.
H. C. El fracaso escolar entre la población infantil de la Cañada es enorme debido a esa situación socioeconómica que viven las familias. ¿Qué se consigue al formar artísticamente a los niños?
N. R. Si les quitas sus talleres de música, de danza, de pedagogía, de emprendimiento cultural, de escritura, de identidad cultural… ¿Qué les queda? Si ahora todos los niños andan perdidos en los estudios, imagina estos chicos que no tienen oportunidades… Afortunadamente se encuentran con un profesorado voluntario súper cualificado, que los acompaña y les da clases de refuerzo. Se realizan giras de conciertos, grabaciones de documentales, cortometrajes… porque hay gente muy artista en Cañada. Se elaboran programas artísticos con la infancia y la juventud de riesgo, con bandas latinas…Si les tienes concentrados, entretenidos con talleres, no están fuera delinquiendo.
H. C. Hay que contar que este Festival es posible gracias a la implicación de los vecinos del barrio.
N. R. Esto es ‘por’ y para ellos. La idea de Juan Merín, el director de la Fundación y el que más implicado está, es que luego ellos se sostengan solos. Nosotros ahora les damos las herramientas, con la idea de que ellos luego sean capaces de organizar y gestionar su festival
H. C. Y también hay que señalar que cuentan con el apoyo técnico y económico de instituciones como la Comunidad de Madrid, la SGAE o el Instituto Distrital de las Artes de Bogotá…
N. R. Es muy importante nombrar a todas las entidades sociales que colaboran: La ‘Fundación Fairsaturday’, Muzpic, ACNUR, UNICEF, ‘You and me’… están ahí apoyándonos. Y necesitamos que haya más fondo privado, más marcas que quieran colaborar con nosotros y así no depender de los fondos públicos.
H. C. Profesionalmente, Norma, en plena gira de teatro, ¿cómo le está afectando la pandemia?
N. R. Vengo de Zamora, de representar la obra: Trigo sucio, de David Mamet y, como allí están confinados, el teatro estaba al 20% de su aforo. Es decir, de 300 personas, solo pudieron entrar 70. Imagínate…
H. C. Pero no puede quejarse de trabajo…
N. R. No, para nada. Ahora estoy rodando una serie, ‘Señor, dame paciencia’, de Antena 3.
H. C. Y volcada en la Fundación. Hay tiempo para todo…
N. R. Especialmente cuando lo inviertes en cosas que merecen la pena. Conocí la Fundación, vi la transparencia que había y me sumé. Una de las cosas que estamos viendo en los chicos es cómo se les abre la mente para trabajar en equipo, convivir y volverse más tolerantes.
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