Podría haber sido peor, pero lo cierto es que la recuperación de Catherine Deneuve tras sufrir un ictus la pasada semana, va a ser más lenta de lo que se esperaba. En un primer momento, tan solo se informó de que había tenido que ser ingresada tras haberse sentido indispuesta, no se hablaba de ese accidente cerebrovascular que va a precisar una serie de cuidados y un cambio de vida.
La prensa francesa, citando fuentes hospitalarias, manifiesta que el «accidente cerebrovascular isquémico limitado y reversible» que ha padecido uno de los iconos vivos del cine, va a dejarle una serie de secuelas que aún es pronto para determinar. Por el momento, se centran en que está comiendo, bebiendo y descansando con normalidad, pero sostienen que la recuperación va a ser lenta y que tendrá que poner de su parte.
Desde el hospital en el que permanece, advierten: «Su cerebro está bien. La recuperación sigue su curso, más lenta de lo previsto. No sufre ningún déficit motor. Pero deberá respetar un reposo más o menos forzado».
Deneuve deberá renunciar al tabaco, al alcohol y a las comidas copiosas. La pérdida de peso, más que una recomendación, es una obligación que le han impuesto los doctores. Una vez reciba el alta hospitalaria, necesitará unas semanas de reposo antes de poder realizar una vida medianamente normal.
A su edad, todo los excesos terminan pagándose»
Esto significa que no hay muchas probabilidades de que pueda volver a ponerse delante de las cámaras y vivir el estrés y el alto ritmo que impone un rodaje. Porque fue precisamente mientras se encontraba rodando cuando padeció este ictus que puede suponer un antes y un después en su vida. O una segunda oportunidad, según se quiera mirar.
A sus 76 años, tiene que aprender a llevar su día a día de otra manera. Una amiga suya ha resumido, en unas declaraciones que recoge el diario ‘ABC’, cómo ha sido hasta ahora su día a día: «Catherine amó, vivió, comió y bebió mucho, mucho, desde hace 50 años. Seguía amando, viviendo, comiendo y bebiendo con mucha pasión. A su edad, todo esos excesos terminan pagándose».
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