Soledad Fox Maura: Mis primeros recuerdos de España son los vuelos en Iberia. ¡Las azafatas eran encantadoras!

Mis primeros recuerdos de España son los vuelos en Iberia. ¡Las azafatas eran encantadoras y me mimaban mucho!”, me cuenta Soledad Fox Maura (Nueva York, 53 años) en un perfecto español salpicado de un ligero acento americano. La escritora nació en Estados Unidos, pero con solo un año viajó a Madrid por primera vez. Desde entonces, su infancia transcurrió cruzando el charco intermitentemente. Acaba de publicar su primera novela, Madrid Again (Arcade), sobre tres generaciones de una familia que vive entre España y Estados Unidos y que, asegura, “no se inspira en la mía”. Además, el próximo dos de diciembre verá la luz su último proyecto: la reedición de Mi cárcel (Renacimiento), las memorias que Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia, escribió durante los ocho meses que pasó en prisión en 1969 por defender a las víctimas del accidente nuclear de Palomares (Almería) y poner en duda la versión oficial del Régimen.

Fox Maura no conoció a la aristócrata en persona, pero sí a través de su madre, Marisol Maura, prima segunda de la llamada Duquesa Roja por su oposición a Franco y con la que coincidió en el colegio de Las Irlandesas de Madrid. Soledad desciende de una importante familia de intelectuales y políticos. Su madre también es sobrina de Antonio Maura, cinco veces presidente del Gobierno, y prima segunda de tres personajes fascinantes: la citada Luisa Isabel Álvarez de Toledo; Jorge Semprún, escritor y exministro de Cultura de Felipe González; y Constancia “Connie” de la Mora, aristócrata y jefa de la Oficina de Prensa Extranjera de la República durante la Guerra Civil. Antes de ahondar en la vida de la duquesa de Medina Sidonia, Soledad escribió sendas biografías de Semprún y de De la Mora, dos personalidades con vidas agitadas que siempre le interesaron.

“Intuí que eran diferentes porque en mi casa no se hablaba de ellos”, explica. La madre de Fox Maura llegó a Estados Unidos a finales de los años sesenta para estudiar. Finalmente logró labrar su carrera allí cuando el afamado colegio Milton Academy de Boston la fichó como profesora de Español. En esta reputada escuela, donde Soledad estudió de pequeña, se formaron políticos legendarios como los hermanos Robert y Ted Kennedy o el poeta T. S. Eliot. Aunque Soledad residió la gran parte de su infancia en Boston, también vivió en Madrid y se formó en el Colegio Estudio, donde su madre daba clases.

A la autora siempre le interesó la lectura. De hecho, es doctora en Literatura Comparada en la City University of New York. Cuando tuvo que hacer una tesis, no lo dudó y rebuscó en sus orígenes españoles. Su investigación académica se centró en la influencia de Cervantes en Flaubert, en concreto la incidencia de Don Quijote de La Mancha en Madame Bovary: “Dos personajes que vibran por la pasión”. Hoy en día es catedrática de Literatura en el William College de Massachusetts. Aunque la pandemia la ha sorprendido en Madrid, donde se ha instalado junto a su madre en la zona del Retiro, la escritora vive habitualmente en Williamstown, Massachusetts, un municipio en el que también residieron el famoso pianista Cole Porter y la escritora Emily Dickinson y al que no ha vuelto en meses.

Allí posee una casa con jardín que comparte con su pareja, el escritor y cineasta estadounidense John J. Healey, quien la acompaña estos días en la capital. Aquí acaba de presentar Zurbarán y sus doce hijos, un documental dirigido por Arantxa Aguirre en el que Healey trabaja como guionista. “No me siento ni americana ni española. ¡Me siento de Madrid! Pero también soy neoyorquina y bostoniana. Mi vida es un verdadero roundtrip”, me confiesa antes de concluir nuestra videollamada. En cuanto pueda, Soledad regresará a Estados Unidos. La esperan las azafatas de Iberia.

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