Sandra Ortega se incorpora al consejo de administración de PharmaMar, la antigua Zeltia, en sustitución José Francisco Leyte Verdejo quien fuera representante de la sociedad patrimonial Rosp Corunna Participaciones Empresariales, creada por su madre Rosalía Mera y a través de la que realiza sus negocios la hija mayor de Amancio Ortega. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) informó el viernes de este cambio en la compañía biotecnológica con sede en Colmenar Viejo, Madrid, en la que Rosp Corunna cuenta con el 5,01% de las acciones y la propia Sandra Ortega con otro 5,01% a título personal. Es, de hecho, la segunda mayor accionista de la farmacéutica junto al presidente de PharmaMar, José María Fernández Sousa-Faro y su mujer, Montserrat Andrade, que cuentan con el 11,1%.
Las cosas llevan un tiempo sin ir demasiado bien en PharmaMar de cuya comisión de Auditoría ha salido Rop Corunna dejando nombres tan relevantes como el de Ana Palacio, ministra de Asuntos Exteriores con José María Aznar o el de Carlos Solchaga titular de Economía e Industria con Felipe González. Además, el pasado noviembre, Sandra Ortega destituyó a quien había sido mano derecha de Rosalía Mera y ocupado el sillón de consejero en distintas compañías participadas por la sociedad de Ortega tras su fallecimiento en 2013. La destitución Leyte Verdejo, licenciado en Derecho y diplomado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Pontificia de Comillas que antes de llegar a Rosp Corunna había trabajado en Arthur Andersen, Barclays Bank y fue responsable de Deutsche Bank Private Banking para Galicia y Asturias antes de ocupar la dirección de la división de Banca Privada de Caixa Galicia, se produjo después de haber perdido su confianza tras varias operaciones fallidas, según publicaron diversos medios económicos.
Sandra Ortega toma ahora las riendas de una compañía con distintos frentes abiertos, varios de ellos afectados por la pandemia. La cotización en bolsa de PharmaMar, especializada en tratamientos oncológicos, se disparó desde los mínimos del mes de marzo aupada por su carrera por encontrar una cura para el coronavirus. El anuncio de que las primeras vacunas ya estaban listas para su distribución, provocó el desplome de la biotech madrileña que seguía buscando un medicamento que sirviera para tratar la Covid-19. Las previsiones económicas para este año pasan por una importante reducción de beneficios, de hasta 106 millones de euros, un 37,70% menos que este año según lo publicado por Bloomberg.
Sandra Ortega es la hija mayor de los tres hijos de Amancio Ortega, la más desconocida, y algo menos rica que su padre. La lista de los 200 más ricos de España en 2020 elaborada por el diario El Mundo la situaba en el puesto número cuatro. Su padre era el más rico con un patrimonio de 72.640 millones de euros. El de Sandra estaba valorado en ese momento -enero de este año- en 6.750 millones de euros, 1.450 millones más que solo un año antes. Una fortuna alcanzada gracias en parte a los beneficios que logró Inditex en 2019.
Su participación del 5% en el gigante textil está también incluida en el hólding Rosp Corunna que, según este mismo diario, logró en 2018 un beneficio consolidado de 64,85 millones de euros frente a los 191 del año anterior. Bajo este paraguas se encuentra su negocio inmobiliario a través de su filial Ferraldo Inmuebles que tiene, entre otros activos, un 30% de la cadena hotelera Room Mate, que Ortega puso en marcha junto a Kike Sarasola y que atraviesa un momento complicado derivado de la pandemia.
Falta ver si este paso delante de Sandra Ortega significa un cambio en su, hasta el momento discreta vida, llevada al margen de los focos junto a sus tres hijos y su marido, Pablo Gómez, y dedicada a su fundación Paideia Galiza y a su hermano Marcos con parálisis cerebral.
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