El aceite de coco es uno de los ingredientes naturales más hidratantes tanto para la piel como para el cabello. Aplicado en la melena a modo de mascarilla es capaz de acabar con las puntas abiertas y el encrespamiento de manera eficaz. Sin embargo, al ser demasiado untuoso no es la mejor opción para los cabellos finos, que se pueden sentir más grasientos después de su uso. Para ellos tenemos una solución igual de eficaz y natural, que no aporta peso: el agua de coco.
Este producto, fácil de encontrar en la mayoría de supermercados, hidrata el cabello, calma el cuero cabelludo y previene la descamación. Contiene vitaminas, minerales, aminoácidos y fitohormonas, que hidratan cuando se aplican directamente sobre el pelo. Lo mejor que tiene es que es rica en muchos de los mismos nutrientes que el aceite, pero no tiene la misma densidad que este, por lo que también es apta para pelo fino o graso.
Si has decidido empezar a usar este producto sobre tu melena, en el supermercado debes elegir aquella que sea natural y sin azúcares ni sabores añadidos. Después puedes usarla una o dos veces por semana como agua de aclarado, tras el champú; incorporarla en tu bote de champú o de acondicionador para añadir un plus de hidratación –basta con mezclar ¼ de taza de agua de coco con cualquiera de los dos–productos favoritos, o como spray hidratante de peinado, que puedes rociar sobre tu melena antes de secarla.
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