Era un ángel, una persona muy tranquila. Hablaba un castellano perfecto: en recuerdo de Stella Tennant y su paso por Cibeles

Querido José, muchísimas gracias. Fue un plaisir trabajar contigo, no solamente porque eres un súper bueno maquillador sino porque eres un amor. Espero que ahora estés tomando tiempo para ti. Un beso, Stella”. José Belmonte, director de Maquillaje de la Mercedes Benz Fashion Week, me lee emocionado las notas —un post it en forma de beso y una tarjeta manuscrita con el anagrama del Hotel Wellington donde se alojó— con las que Stella Tennant (Londres, 1970-Duns, Escocia, 2020) le agradeció su trabajo en la edición p-v 2004 de la Pasarela Cibeles.

Tennant le envió estas líneas con un gran ramo de flores. “Era un ángel, una persona muy tranquila. Siempre estaba leyendo entre desfile y desfile. Charlamos muchísimo porque hablaba un castellano perfecto con acento latino. Tenía unos amigos íntimos en Chile”, relata el maquillador. Efectivamente, la madrina de la top model es la historiadora Lucía Santa Cruz, quien mantuvo un romance de juventud con el príncipe Carlos de Inglaterra cuando su padre era embajador de Chile en Londres y, de hecho, le presentó a Camilla Parker-Bowles. Stella Tennant pasó un año sabático en aquel país y fantaseaba con adquirir una finca allí, tal y como acaba de recordar Hamish Bowles en la edición digital de Vogue USA, donde el periodista narra también sus comienzos en la moda.

“Stella se bajó de un tren procedente de Escocia oliendo a cabra”, exclamó la editora Isabella Blow cuando la vio por primera vez en 1993. Tennant, que llevaba entonces un aro en la nariz, iba a aparecer en la edición británica de Vogue fotografiada por Steven Meisel. Y lo cierto es que la modelo venía de criar ovejas en la granja familiar de Berwickshire, en la frontera entre Inglaterra y Escocia.

Su padre, Tobias William Tennant, es el hermano pequeño de Colin Tennant, tercer barón Glenconner e impulsor de la isla de Mustique como destino favorito de la realeza británica y de la alta sociedad internacional. Su madre, lady Emma Cavendish, es hija de Devorah, duquesa de Devonshire y la menor de las legendarias hermanas Mitford. De ella heredó Stella su singular belleza y su porte aristocrático. “Poseía una elegancia brutal. Innata. Un día llegó con un vestidito de estampado provenzal. ¡Qué clase, qué aura! Desprendía una luz especial y, a pesar de su aspecto andrógino, resultaba tremendamente femenina”, cuenta Esther García, directora de casting de Cibeles y responsable de que desfilase en Madrid en septiembre de 2003 para, entre otros, Angel Schlesser. “Le encantaron mis zapatos. Le regalé un par de sandalias de cuero marrón”, evoca el diseñador, que insiste en un detalle: “Qué bien hablaba español…”.

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