Hemos visto el documental prohibido sobre los Windsor y estos son los 9 mejores momentos: Isabel II de barbacoa, Carlos haciendo esquí acuático…

La reina Isabel II contando anécdotas familiares de su tatarabuela, la reina Victoria. Felipe de Edimburgo en delantal preparando una barbacoa. El príncipe Carlos de Inglaterra intentando enseñar cómo funciona un violonchelo a un hiperactivo príncipe Eduardo. La familia real buscando conversación casual con Richard Nixon. La reina pagando de su propio bolsillo unas chuches para su hijo Eduardo. En 1969, la BBC humanizó a la familia real británica como nunca antes se había visto, a través de un documental muy polémico intramuros de los Windsor, pero que fue un éxito descomunal de audiencia. Es algo que la tercera temporada de The Crown retrató en su momento, pero ninguno de nosotros había podido ver el documental, retirado de todas las pantallas por indicación de la Corona. Hasta ahora.

Un desconocido youtuber, Philip Strangeways, ha subido un puñado de vídeos y documentales de la BBC a su canal. Y, entre ellos, se contó durante unas horas Royal Family, el documental de cerca de 90 minutos que la BBC pudo extraer de entre 43 horas de grabaciones con acceso inédito a los royals. Tan próximo a la vida diaria de la reina y los suyos que causó polémica entre los Windsor. No era para menos: el documental se abría con una escena impensable en la inglaterra de finales de los 60:

1. El príncipe Carlos de Inglaterra, que aún no era príncipe de Gales, aparece haciendo esquí acuático

Y ciclismo y pesca. Esa primera escena está pensada para conocer al futuro rey. Precisamente porque esa era la idea original del documental. En general, hay múltiples apariciones del príncipe que, aunque reservado, tiene momentos de complicidad con su madre, especialmente en Balmoral, donde ríen juntos mientras preparan una comida familiar.

2. La reina, fascinada con el rubí de Timur

Las cámaras siguieron durante un año a la familia real, e Isabel II dio su aprobación al montaje final. Que incluye un repaso a los vestidos y joyas que llevaría a su viaje oficial en Australia en 1970 (algo que demuestra la minuciosidad y antelación con la que los royals británicos preparaban su agenda). En concreto, la reina, junto a una de sus asistentes, se maravilla ante el rubí de Timur, un collar rematado por la joya que le da nombre: una enorme espinela (que durante siglos se pensó equivocadamente que era un rubí y que perteneció al fundador del imperio timúrida. Ambos datos son incorrectos, pero el nombre le sienta bien) de 72 gramos que los británicos se agenciaron para sí cuando se anexionaron el Punjab.

3. Felipe, el hombre independiente

Como Felipe de Edimburgo fue uno de los impulsores del documental, no es extraño que también se le dedique un segmento en los primeros compases del mismo para destacar su labor "trabajadora", como "hombre independiente con su propia agenda". Felipe revisa sus papeles, habla con sus asistentes y deja claro ante la cámara que se toma en serio su papel como representante de la Corona, sin necesidad de que su mujer le supervise.

4. La reina sí paga en metálico

El documental derriba falsos mitos asentados incluso hoy, como el de que la reina nunca lleva dinero encima. En uno de los múltiples viajes que retrata el documental, Isabel II y su hijo Eduardo entran en un pequeño colmado, donde la reina paga de su bolsillo a la dependienta, con monedas y billetes que lleva en una pequeña carterita.

5. La importancia de los titulares

El documental sí cubre un viaje oficial al extranjero: el realizado a Sudamérica en 1968, en concreto a Brasil, un país "que nunca ha visto a una reina", como dice la voz en off. A bordo del avión oficial, la reina, su marido y varios asistentes, revisan los titulares de los periódicos brasileños, y se buscan en las portadas mientras ajustan varios discursos.

6. La princesa Ana hablando el idioma original de la corte de Inglaterra

La princesa Ana es la que mayor normalidad transmite, aunque siempre se opuso a la idea del dcoumental. En otro documental en 2002, que conmemoraba el jubileo de su madre, dijo que "ciertamente, nunca me gustó la idea del documental sobre la familia real, creía que era una malísima idea. (…) No disfruté ni un sólo momento del proceso". Eso no impidió que apareciese desayunando en familia, jugando con los perros de la reina en Balmoral, disfrutando de veladas familiares o, más sorprendente, con un primer plano en el que habla en francés durante unas clases del idioma oficial de la corte inglesa hasta bien entrado el siglo XII.

7. El amor por la música de Carlos de Inglaterra

El temperamento artístico y sensible de Carlos de Inglaterra nunca ha quedado más reflejado que en la secuencia en la que intenta explicar a su hermano cómo funciona un violonchelo (mientras Eduardo, como buen ninño de cinco años, intenta destruir el instrumento):

8. Felipe de Edimburgo, rey de las barbacoas

Quizás la razón que más hizo arrepentirse a la realeza del documental fue la infame estampa de Felipe en Balmoral cocinando unas salchichas y unos filetes en una barbacoa. Demasiada humanidad para la Corona.

9. Dando conversación a Richard Nixon

En una recepción, se puede ver una imagen muy poco común: los primeros intentos de conversación entre los royals y un dignatario extranjero. En este caso, Richard Nixon, al que Felipe y Carlos hacen preguntas sueltas mientras la reina le menciona lo "complicada" que es la alta política internacional.

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