Las necesidades de la piel se transforman cada temporada, igual que el resto de nuestro organismo. Y si en verano necesitamos quitarnos capas, en invierno lo que impera es ponérselas en todos los sentidos. Y ante esta necesidad llegan las face butters.
Hace algún tiempo, se ponían de moda las body butters y ahora estas pasan su testigo en la tendencia a las que se aplican en el rostro. Estas son mantecas faciales o cremas mucho más densas y nutritivas de lo que son las cremas que normalmente se usan. Son «cremas hidratantes altamente ricas en nutrientes, con texturas más densas y ricas, muy envolventes», señala Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
¡La quiero!
Por eso se vuelven fundamentales ahora, en pleno invierno: «las pieles están muy sensibles últimamente como consecuencia del estrés generalizado, las bajas temperaturas, el uso de la mascarilla… Es por ello que buscan texturas muy ricas que aporten sensación de confort», señala Raquel González, directora de educación de Perricone MD.
¡La quiero!
Y es que estas cremas se vuelven realmente útiles para esta época del año por los ingredientes que crean su densidad y su alta capacidad de nutrición: «ingredientes muy ricos en lípidos, capaces de cuidar la barrera de la piel, como son la vitamina F (Omegas 3, 6 y 9) que aportan ingredientes como el aceite de nueces de macadamia, las ceramidas o la manteca de karité», explica Valeria Navarro, directora técnica de Boutijour.
¡La quiero!
En definitiva, «su densidad aporta más nutrición a la piel y la percepción es de una mayor calma y confortabilidad, evitando así la sensación de pelado, la rojez con el cambio de temperaturas, o el aspecto tirante, entre otros». Además, suelen dejar un acabado más glow y rico, aportando luminosidad.
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