- La mujer de Borja Thyssen acudió a la subasta solidaria ‘Smylife Collection Beauty Art’, que se celebró en el museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
- La artista no quiso pronunciarse sobre el juicio por presunto fraude fiscal al que acudió el hijo de Tita Cervera hace unos días.
Blanca Cuesta vuelve a la escena pública tras los problemas judiciales de su marido, Borja Thyssen. A pesar de la tormenta judicial por presuntos fraudes a Hacienda que azota a su familia, la nuera de la baronesa Thyssen no quiso faltar a la quinta edición de la subasta solidaria, ‘Smylife Collection Beauty Art’, que se celebró en el museo Thyssen-Bornemisza el pasado 18 de noviembre. La mujer de Borja Thyssen no quiso faltar a esta subasta solidaria que oficia la casa de subastas Durán y sus beneficios son a favor de la fundación ‘Mensajeros de la Paz’, del padre Ángel.
«Es una Venus de la última edición y pretendemos recoger mucho dinerito para poder ayudar y en eso es en lo que hay que centrarse en el día de hoy» dijo Blanca que evitó hablar del juicio por presunto fraude fiscal al que su marido, Borja Thyssen, se enfrentó hace unos días. La fiscalía le pide dos años de prisión y una multa de 595.000 euros por, presuntamente, defraudar a Hacienda 592.557 euros en el ejercicio del año 2007 en el IRPF, el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas.
Blanca, con un mono en color crema de cremalleras, no quiso pronunciarse sobre los problemas judiciales de su marido. «Hoy es un día muy bonito, es un día benéfico y creo que ayudar a través del arte siempre es algo muy especial. No quiero hablar de nada más», aseguró.
Blanca ha donado su escultura Tina para obtener fondos para la fundación ‘Mensajeros de la Paz’ y es lo único de lo que estaba dispuesta a hablar. «Cada artista ha sacado lo mejor de sí y están todos aquí ofreciendo algo muy bonito para sacar dinerito para ayudar a los demás. Es la quinta edición. Todo lo benéfico siempre es un orgullo y espero disfrutarlo mucho y que saque mucho dinerito». La mujer de Borja Thyssen no quiso decir nada sobre el otro juicio que su marido tiene pendiente por otro presunto fraude fiscal pero, esta vez, del año 2010. Por ese presunto delito, la Fiscalía solicita tres años de prisión y una multa de 336.417 euros.
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