Desde hace algunos años que el clítoris ha dejado de estar en el olvido, poco a poco y gracias a la liberación femenina hemos aprendido mucho sobre este órgano y no podemos negar que desde que el succionador de clítoris se convirtiera en un fenómeno viral y en el juguete sexual más vendido del año, esta parte de nuestro cuerpo se ha vuelto el protagonista de decenas de conversaciones.
Se le conoce popularmente como el órgano que explota al máximo la función de dar placer a las mujeres. Pero, ¿y si no fuera este su único cometido? Según un investigador de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, también tiene un objetivo reproductivo.
Según los expertos, la estimulación del clítoris desencadena reacciones en el cerebro y los genitales femeninos, como el aumento del flujo sanguíneo, de la lubricación, una subida de la temperatura y el nivel de oxígeno de los genitales y, quizá lo más importante, una variación en la posición del cuello del útero que evita que los espermatozoides entren en él demasiado rápido. El tiempo extra que se gana con este cambio de postura permite que las células reproductoras masculinas se activen y ganen movilidad para fertilizar el óvulo.
Esta serie de eventos que ocurren al estimular el clítoris, es sumamente importante para facilitar el éxito reproductivo. «Por lo tanto, el clítoris tiene funciones reproductivas y recreativas -de placer-. La extracción del clítoris que se realiza en algunos países y culturas, crea no sólo una discapacidad sexual sino también una posible discapacidad reproductiva», señala un comunicado de prensa sobre la investigación.
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