Elena Rivera (Zaragoza, 1992) comenzó en la televisión cantando ‘Beso a beso’ y ‘Juntos’ de Paloma San Basilio en el programa Menudas Estrellas cuando tenía siete años. Bertín Osborne la presentó con estas palabras: “Es una monería, tal que así –dijo señalando la altura de su cadera– y además canta de miedo”. Y así lo demostró. Muy bien peinada, con un vestido rosa de seda, salió de entre la (mítica) bruma del plató y cantó con un vozarrón que no le cabía en su diminuto cuerpo. Interpretaba como si fuera la propia San Basilio, con gestos al aire y golpes de melena.
Aunque el público general quizás no recuerde a la actriz en aquel momento, todos podrán identificarla con su personaje de Karina Saavedra en Cuéntame, en la que empezó unos años después (2005) y continuó hasta hace dos años. Lo que tomaba como hobbie se convirtió pronto en un oficio y una profesión para toda la vida. Su papel se despedía para siempre con el de Ricardo Gómez –el joven Carlitos Alcántara, también actor en la serie desde niño– en la temporada 19, cuando ambos decidieron continuar con su carrera fuera del show de TVE.
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A pesar de la pandemia, y desde entonces, Rivera no ha parado de cosechar éxitos. En 2020 estrenó Inés del alma mía’ la adaptación de la obra de Isabel Allende, haciendo el papel de Inés Suárez. En aquel rodaje se vio sumida en mitad de los disturbios de Chile de 2019. Una aventura que compartió con el actor Eduardo Noriega y que nos cuenta al detalle. También hablamos de su andadura en televisión y su nuevo proyecto: Alba. La zaragozana presentó el pasado 28 de marzo esta serie en Atresmedia y luego será retransmitida en Antena 3. Una ficción en tono dramático –adaptación del serial turco Fatmagül’ün Suçu Ne?– en la que Rivera interpreta a Alba, una chica fuerte e independiente que sufre una violación múltiple en un pueblo costero de Valencia y cómo debe afrontar –judicial y emocionalmente– la pesadilla vivida.
¿Cómo ha sido prepararte este papel tan complejo?
Ha sido un pulso. Desde luego, el tema a tratar no ha sido fácil. No deja de ser una cuestión que desgraciadamente está a la orden del día. Lo hemos tratado con el máximo respeto y mimo posible. Si bien es cierto que luego existen otras subtramas, lo de la violación es el punto de partida de la serie y ha sido bastante duro. El equipo me ha ayudado mucho a crear la historia que queríamos contar. No queríamos basarnos en muchas referencias para evitar una sensación de plagio.
¿Y a nivel personal?
Ha sido muy complicado porque lo sientes muy cerca. Soy mujer y cuando empecé a meterme en la piel de Alba, sufría mucho por todo lo que ella vive y sufre. Y no solo por el hecho de la violación múltiple sino lo que viene después. El proceso de intentar volver a su vida normal y desmostrar que no era culpable.
¿De qué forma te ha hecho reflexionar?
Ya estaba muy mentalizada de que esto ocurre y desgraciadamente está a la orden del día. Uno de los mensajes más potentes de la serie, sin ser pretencioso o aleccionador, es que esto puede ocurrirle a cualquiera, en cualquier momento de la vida, a una chica normal como Alba. Una joven independiente, con mucha fuerza y personalidad, a la que cuatro sinvergüenzas drogan y que, cuando se despierta, no se da cuenta de lo que ha ocurrido y descubre que ha sido violada. El día de la escena de la violación, llegué al hotel horrizada. Aún siendo una representación, tenía el estómago revuelto de pensar en que esto pasa de verdad. Mientras esto conciencie y haga pensar a la gente, ya hemos ganado mucho.
¿Cómo crees que este tipo de conductas podrían eliminarse de nuestra sociedad?
Creo que esto viene de la base de la educación. Ahora hay mucha información, estamos muy conectados, y da la sensación de que mentalmente hemos avanzado mucho pero sigue habiendo una corriente en contra. Mucha gente joven tiene relaciones tóxicas, celos y el convencimiento de que la mujer es menos que el hombre. Es una pena y está a la orden del día. Solo hay que ver las noticias para ver que las desigualdades siguen ahí. Ojalá no tuviéramos que hablar de seguir celebrando el 8M o de continuar luchando por la igualdad y el feminismo, pero queda mucho por conseguir.
El rodaje comenzó con la desescalada y fue rodado entre Madrid y Villajoyosa (el pueblo valenciano de los protagonistas). ¿Cómo ha sido grabar en mitad de una pandemia?
Imagínate, si ya es complicado arrancar un proyecto, cómo no será en mitad de una pandemia. Empezamos en mayo y terminamos en noviembre. Ahora parece que tenemos los protocolos más interiorizados pero nosotros entonces no nos relajábamos con nada. Era una maravilla poder trabajar pero también una situación muy extraña. Veías el miedo en los ojos de unos y otros. He vivido las precauciones de forma muy militar. El peso de la serie caía sobre mí. Y si caía yo, caía todo el equipo. Sería trastocar a muchas familias de los actores y equipo técnico, así que tuve mucho cuidado. Este virus también nos ha enseñado que por mucho que te cuides puedes caer en cualquier momento pero he intentado ser muy responsable. Casa-trabajo, trabajo-casa y no quedar con nadie.
Desde que terminaste en Cuéntame no has parado. Estás preparando la serie Herederos de la Tierra, hiciste La verdad para Telecinco y luego la apasionante Inés del alma mía para Amazon. Tengo entendido que este último proyecto fue una locura.
A las dos semanas de llegar a Chile nos pilló el estallido social más grande que había pasado en el país desde hacía 30 años. Y claro, el rodaje pasó a un segundo plano. Estuvimos en Perú, en el desierto de Atacama en Chile, la selva… ya el rodaje era una aventura de por sí. Rodajes así son un regalo pero es cierto que nos alojábamos en el epicento de las revueltas. Se pensó en cancelar el rodaje por tema de seguridad. No fue una guerra pero más o menos. Había los tanques por las calles y militares con metralletas en las manos. Sólo pensaba en mi casa. Pero bueno, son experiencias y menos mal que no pasó nada.
Y llegáis a España y confinamiento…
Le decía a Eduargo Noriega, que estaba conmigo en la serie: “¿Te has dado cuenta de que hemos pasado por un confinamiento en Chile donde estábamos deseando volver a casa, y cuando llegamos, otra vez la locura que se ha montado a nivel mundial?”. Me decía: “¡Llevamos una racha!”. Al final esta es la vida que nos ha tocado. Mientras estemos bien, haya salud y trabajo, me siento una afortunada.
¿Conocías la obra de Isabel Allende, Inés del alma mía, antes de este proyecto?
No, pensaba que era ciencia ficción. Y cuando empecé a investigar descubrí que era un personaje histórico, española de Extremadura, que había hecho tantas cosas… aluciné. Fíjate, alguien que ha sido capaz de pasar a la historia, de ser la primera mujer en cruzar el charco, y hacer todo lo que hizo hasta convertirse en gobernadora de Chile, y en España en los colegios no se sabe nada. Todavía nos queda mucho por rascar en la historia. Siempre parece que son los hombres los que han hecho cosas. Y hay muchas mujeres aún en la sombra. Queda mucho trabajo por hacer. Casos como escritoras que firmaban con pseudonimos masculinos. Con Inés pasaba. Por tener ese caracter, estaba muy mal vista. Siempre se decía que era una fulana.
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