¿Te despiertas cansada? Estas pueden ser las razones

Dormir bien es importantísimo para tener una buena salud y mantener durante el día un nivel de energía que permita llevar a cabo adecuadamente todas las actividades diarias. Si te levantas ya cansada al final de la jornada rozarás la extenuación. ¿Cuáles son las razones por las que te levantas fatigada después de dormir un número razonable de horas?

Si sientes que te levantas muy cansada a pesar de intentar dormir más tiempo, tu estado de ánimo no acompaña y descansar no alivia esa fatiga, hay que prestar atención a varios factores para dilucidar cuál es el problema.

Cambiar patrones

Uno de estos factores es la rutina, el cuerpo se habitúa a cierta rutina diaria y es así como funciona mejor, con los ritmos biológicos marcados y siguiendo sus ciclos circadianos. Comer aproximadamente a la misma hora, irte a la cama en una misma franja horaria y levantarte con la hora más o menos fijada ayudan mucho al organismo a llevar un buen ritmo, si estos patrones se alteran también se va a alterar el cuerpo que se intentará reajustar, algo similar a un jet lag o a un cambio horario. Si por ejemplo sigues una rutina semanas de horarios marcados pero el fin de semana te los saltas trasnochando y levantándote tarde probablemente arrastres el cansancio todo el día pese a haber dormido las horas suficientes.

Trastornos del sueño

La dificultad para conciliar el sueño, los despertares nocturnos, la apnea del sueño o incluso el bruxismo (apretar los dientes mientras duermes) suponen que el descanso no sea tan reparador como podría ser teniendo como consecuencia que te levantas muy fatigada y cansada. Consulta con tu especialista para tratar estas patologías y que no deriven en problemas mayores.

Malos hábitos

El hecho de ingerir alcohol o bebidas con cafeína influye directamente en la calidad del sueño y, por ende, en la posterior fatiga que posiblemente arrastres el día después.

Aunque en un primer momento el alcohol pueda causar somnolencia y puedas conciliar el sueño rápido, seguramente tengas despertares nocturnos y agitación por la noche por lo que te levantarás cansada. Los refrescos de cola o el café son estimulantes por lo que tienen el sistema nervioso en alerta y te va a costar más dormirte.

Una vida sedentaria y una mala alimentación, comidas copiosas, un exceso de azúcar y de procesados, también son factores que influirían directamente en el descanso, sin olvidar que es necesaria una buena higiene del sueño para lograr un sueño reparador. Una habitación ordenada y cómoda, con una temperatura entre 19º y 22º, eliminar los dispositivos móviles al menos dos horas antes de acostarte, así como cenar ligero y pronto, son hábitos que te van a hacer dormir como un bebé y tener más energía al día siguiente.

Estrés

La ansiedad y el estrés son malos compañeros a la hora de descansar. Las preocupaciones generan intranquilidad durante el sueño impidiendo que puedas dormir a pierna suelta. En estos casos lo mejor es intentar dejar todo ese malestar a un lado, tomar una infusión relajante como tila o hierba luisa, practicar meditación o técnicas de relajación para poder abandonarte gustosamente en brazos de Morfeo.

Microbiota intestinal

El intestino es importantísimo para la salud y muchas enfermedades se generan allí. Si tu microbiota está alterada va a incidir directamente en tu descanso ya que esta afecta a la producción de determinadas hormonas y neurotransmisores que harían que te relajaras y durmieras como un bebé.

Cuida tu microbiota eliminando o reduciendo el azúcar de tu dieta, tomando alimentos prebióticos como la cebolla, el puerro o los espárragos y probióticos naturales como el kimchi, el kéfir, el chucrut…

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