Ya lo vi nada más llegar a Cibeles (pleno centro de Madrid). Desde ahí y hasta Neptuno no se podía pasar, ni coches ni peatones. Fue el escenario donde se celebró el 29 de mayo el acto con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Un solemne homenaje presidido por los reyes Felipe VI y Letizia a los fallecidos que dieron su vida por España.
A las 10:30, en el Cuartel General de la Armada, esperábamos los medios de Prensa. Junto a nosotros, por la calle Juan de Mena bajaban, trompeta en mano, los músicos de la banda de la Guardia Real. Ese tramo del Paseo del Prado, el que va de fuente a fuente, lucía engalanado con banderas de España. Varios centenares de personas se acercaron a ver la mini parada.
Las autoridades, civiles y militares, que formaban la línea del saludo esperaban la llegada de los Reyes frente aNeptuno. A Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid le decían “viva, viva” y ella respondía con la mano con gesto de agradecimiento. Junto a ella estaban Margarita Robles, ministra de Defensa; José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid; y el Jemad,el almirante Teodoro López Calderón.
Los Reyes hicieron su llegada. El acto dio comienzo con el himno de España y con los honores de ordenanza, 21 salvas de cañones que estaban instalados junto a la fuente de Neptuno.Protagonizaron las salvas la Compañía de la Guardia Real. Este momento solemne de las salvas a mí me gusta mucho.
Después,Felipe VI, jefe del Estado y jefe de las Fuerzas Armadas, pasó revista a la Fuerza presente. El Monarca llevaba el uniforme del Ejército del Aire. La reina Letizia iba detrás, conversando con Robles. Unos segundos después, vi que Ayuso hizo una pausa para alcanzar el paso de la Reina y la ministra y caminar junto a ellas.
Los medios estábamos en la tribuna de Prensa, instalada frente al monumento en tributo a todos los que dieron su vida por España. Estábamos muy bien situados. Justo allí se desarrolló el acto central del homenaje.
Un momento para recordar: el toque del himno “La muerte no tiene un final”. Muy solemne. Un momento para fotografiar: cuando el Rey se acercó a depositar la Corona de laurel a los pies del obelisco, junto a la llama encendida del pebetero y también junto a la leyenda “A todos los que dieron su vida por España”.
Doña Letizia sorprendió porque eligió estrenar look. Me pareció una gran opción. Se trataba de un día para celebrar, para honrar y para mostrar un tributo a los fallecidos. Un homenaje también para poner en valor el papel de las Fuerzas Armadas durante la durísimacrisis sanitariaen la Operación Balmis, la Operación Baluarte y tras los devastadores efectos de la borrasca Filomena. Un día importante. Una cita importante.
En este contexto y después de una larguísima temporada de repeticiones, la Reina descartó reciclar vestido y escogió estrenar. Lució un vestido-abrigo de color rosa empolvado con doble hilera de botones forrados en formato XL. Siempre que veo esta pieza la veo más abrigo que vestido. No lo puedo evitar. Pero es un lookazo. En mi opinión, el rosa maquillaje le favorece mucho a la Reina. Impecable pieza para un acto en el día de las FFAA. Combinó Letizia el vestido-abrigo con complementos de Magrit. Los Reyes abandonaron el acto en distintos coches, ya que Don Felipe se dirigió al Cuartel del Estado Mayor para hablar por videoconferencia con distintas unidades de las FFAA.
La de este año fue una parada en formato reducido por la COVID. Participaron miembros del Batallón Mixto formado por cinco compañías de los ejércitos de Tierra y Aire y de la Armada, por la Guardia Civil y Guardia Real (Unidad de Música, Gastadores y Compañía). El recorrido, medido y escueto, comenzó en la plaza de la Plaza de la Lealtad y concluyó en la misma plaza. Como cierre, el vistoso paso de la Patrulla Águila, formada por pilotos del escuadrón 794de la Academia General del Aire y San Javier.
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