Nació el mismo día que Brad Pitt –un 18 de diciembre– aunque 36 años más tarde que el protagonista de Troya y parece que esa coincidencia hizo que desde que era una niña Begoña Vargas ya soñara con ser actriz. Y no tardó demasiado en conseguirlo. Esta semana, la madrileña, de tan solo 21 años, ha presentado en el Festival de Málaga su segunda película, Las leyes de la frontera. La cinta, dirigida por Daniel Monzón (Celda 211, El Niño), es una superproducción con un presupuesto de siete millones basada en el libro homónimo de Javier Cercas y que rememora el conocido como ‘cine quinqui’ de los setenta y ochenta. Ha sido rodada en plena pandemia y Begoña comparte protagonismo con Marcos Ruiz (Primos) y Chechu Salgado (Fariña, Patria) en el que sin duda es su primer gran proyecto cinematográfico.
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Begoña nació en Madrid y creció en el municipio de Loeches junto a sus padres y sus dos hermanos menores. Dice que casi desde que empezó a andar su madre ya vio en ella a una miniactriz. Siempre que veía algo en la tele (sobre todo la serie de Ana Obregón Ana y los 7) decía que quería ‘salir’ ahí y a lo que más le gustaba jugar era a disfrazarse y montar teatros en el salón de casa, así que sus progenitores buscaron cómo hacer para que empezara a introducirse en ese complicado mundo. Cuenta que en Loeches, de apenas 9.000 habitantes, no había ninguna escuela de teatro así que la apuntaron con cinco añitos a clases de baile; dos años más tarde ya actuaba y se metió a danza clásica mientras veía en la tele Heidi cuando llegaba a casa después del colegio y las clases extraescolares.
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Del baile al teatro
Con 9 años empezó a hacer teatro, con 10 estudiaba danza moderna en la Escuela Municipal de Música, Teatro y Danza de Loeches y sus padres comprobaron que efectivamente tenían a una futura actriz en casa. “Soy la ‘oveja negra’ de la familia”, bromeaba en una entrevista en la revista Elle al comentar que nadie en su casa se ha dedicado a la interpretación. Luego llegaron años complicados en los que tuvo que hacer muchos castings y en muchos le dijeron que no porque le faltaba experiencia. Pero no cejó en su empeño y siguió luchando por su sueño y esforzándose y formándose para hacerlo realidad. Hizo mucho teatro para coger tablas y participó en obras como Los Miserables o El Conde de Montecristo en las que contó con el calor del público dentro de la compañía de Paloma Mejía. Después de muchos noes, en 2017 consiguió un pequeño papel en Centro Médico y poco después otro en uno de los capítulos de Paquita Salas.
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Pero su primera gran oportunidad le llegaría en 2018 al ser elegida como una de las protagonistas de La otra mirada, serie de Televisión Española en la que compartió set con dos de sus actrices favoritas: Macarena García y Cecilia Freire. En la ficción dio vida a Roberta Miñambres, una estudiante de una academia para señoritas en la Sevilla de los años veinte que tiene el valor de enfrentarse a su novio y su familia en un momento en el que las mujeres no lo tenían demasiado fácil. Muchos ya se quedaron entonces con la cara de Begoña Vargas y con su fuerza interpretativa. Poco después de aparecer en la primera temporada, fichó por Alta Mar, serie de Netflix junto a Jon Kortajarena y Alejandra Onieva y ese mismo año protagonizó Boca Norte en la plataforma de RTVE Playz.
Todo esfuerzo tiene su recompensa y a principios de 2020 estrenó su primer largometraje en el que además era la protagonista. Se trataba de Malasaña 32, una cinta de género de terror dirigida por Albert Pintó en la que Begoña puso toda la carne en el asador y recibió grandes críticas por su papel de Amparo Olmedo. Además, el terror es uno de sus géneros favoritos y sueña con trabajar un día con Tim Burton, aunque siempre dice que le encanta la comedia y que tiene una gran vis cómica.
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Dos películas y una serie por estrenar
Su último proyecto ha sido Las leyes de la frontera, que aunque tuvo que ser retrasado el rodaje por la pandemia, comenzó a grabarla el verano pasado y verá la luz en octubre de este año. Además, a finales de 2020 terminó Centauro, la nueva cinta de Daniel Calparsoro, un thriller con Álex Moner y Carlos Bardem, y será una de las protagonistas de la serie Bienvenidos a Edén, superproducción de Netflix con Amaia Salamanca, Ana Mena y Belinda. Con 21 años, a Begoña le quedan muchos sueños aún por cumplir y uno de ellos sería protagonizar un musical al más puro estilo Grease, su favorito de todos los tiempos y película que ha visto más de cien veces. Eso sí, reconoce con humildad que aunque lo del baile y la actuación lo tiene ‘controlado’, aún necesita formarse más en su faceta como cantante. Si tiene que elegir a un actor como referente, se quedaría con Javier Bardem y una de sus películas favoritas es La vida es bella de Roberto Benigni.
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Enamorada de Óscar Casas
Aunque no le gusta hablar de su relación sentimental con Óscar Casas, la vive y muestra con naturalidad en sus redes sociales. Llevan saliendo desde el 29 de septiembre de 2018 por lo que este otoño celebrarán su tercer aniversario. El año pasado, se dedicaron dos mensajes románticos en esa fecha tan especial y quisieron celebrarlo con sus miles de seguidores en Instagram. “A cachitos me vas a matar”, escribía Begoña junto a un video de la pareja. “Mi mejor decisión”, contestaba el hermano de Mario Casas, que acaba de estrenar Extremo en Netflix. Óscar también quiso felicitar a su chica y publicó una foto de ambos abrazados junto a la que escribió un sencillo y elocuente: “Mi mejor decisión”.
Juntos forman una preciosa pareja y son muy famosos su bailes juntos. Ambos son dos grandes bailarines y deleitan cada cierto tiempo a sus followers con bailes improvisados y con otros más estudiados con los que son capaces de dejar a cualquiera con la boca abierta. El año pasado, poco antes de que se declarase la pandemia, Óscar viajó a Los Ángeles para pasar allí una temporada y probar suerte en la Meca del cine. Poco después, Begoña le siguió a la ciudad californiana y allí vivieron durante varios meses.
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Deportes de riesgo y voluntariado
Además de los deportes de riesgo, como el paracaidismo, afición que comparte con Óscar y que pudieron disfrutar hace unos meses durante unas vacaciones en Dubai, el esquí o los karts, Begoña Vargas es una amante de la música y no se pierde algunos de los festivales más populares de nuestro país como el Mad Cool. También ha podido vivir una experiencia como voluntaria en África de la mano de la ONG española Asociación Índigo, que trabaja para ayudar a la población infantil más vulnerable de Isla Mfangano (Kenia), una comunidad rural donde la tasa de abandono infantil es elevadísima y gran parte de la población sufre de malnutrición, VIH o Malaria. Este viaje, que hizo en 2019, le marcó para siempre y también lo ha llevado a cabo su cuñada, Sheila Casas.
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