Paz Padilla y Anna Ferrer disfrutan de un divertido día de playa en familia

Paz Padilla sabe cómo relajarse después de un día de fiesta. Tras acudir a la boda de su amigo y compañero, José Antonio Leon, en Sevilla, donde se lo pasó pipa e incluso cogió el ramo de la novia, la presentadora se trasladó a su Cádiz natal, su refugio particular, con su hija, Anna Ferrer, y el novio de esta para disfrutar de un tranquilo día de playa junto a otros familiares.

Paz disfrutó de una intensa jornada playera rodeada de todos los suyos. Acompañada de Anna Ferrer, de Iván Martín y de varios amigos, entre los que se encontraba el ilustrador Xoan Viqueira, la presentadora ha saboreado la costa gaditana de la mejor de las maneras.

Tan solo ha necesitado una toalla y una sombrilla para echarse a la arena y tomar el sol mientras se relajaba y desconectaba de todo aquello que le rondaba por la cabeza. Eso sí, se notaban las horas de gimnasio, ya que lució cuerpazo con un bikini amarillo, al igual que su hija, que se decantó por un escueto bikini estampado.

Tras permanecer en el mismo punto prácticamente toda la mañana, la empresaria ha recogido sus pertenencias y ha caminado hasta el chiringuito más cercano, en el que se ha sentado para compartir una divertida y deseada comida con sus más allegados.

Una vez finalizada la misma, la andaluza ha regresado a la arena para continuar con su sesión bronceadora, aunque esta vez de una manera más entretenida y provechosa. Si durante la mañana optaba por aislarse y concentrarse en saborear los mayores encantos de su querida y alabada Zahara, por la tarde se dedicaba a charlar, a reírse con sus acompañantes y a atender a sus fans de forma cercana y cariñosa, fotografiándose con ellos e incluso compartiendo todo el amor que lleva dentro.

Para Paz, uno de los mayores placeres de la vida es poder disfrutar de veladas como la presenciada este 13 de junio. La playa, mucha energía, una buena actitud, una estupenda compañía y ganas de pasarlo en grande es lo que ella necesita para alcanzar el mayor grado de bienestar. Así lo viene diciendo desde hace tiempo y así lo ha vuelto a demostrar, aunque lo más probable es que el recuerdo de Antonio y de su madre haya sido inevitable, ha conseguido disfrutar de esas pequeñas cosas que le hacen derrochar felicidad a cada paso que da.


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