Hoy, 1 de julio de 2021, era un día señalado en la Familia Real británica. Lady Di, la que fuera princesa de Gales, cumpliría 60 años y sus hijos, los príncipes William y Harry, han querido rendirle un emotivo homenaje con la inauguración de una nueva estatua en su honor ubicada en los jardines del Palacio de Kensington.
A pesar de haber coincidido hace apenas unas semanas en el funeral del duque de Edimburgo, la expectación por este encuentro entre hermanos era máxima. Los rumores sobre el distanciamiento que existe actualmente entre los nietos de Isabel II no han dejado de repetirse desde que hace apenas un año se produjese la salida de la Casa Real británica de los duques de Sussex, por lo que esta cita era realmente esperada por los fanáticos de la corona.
Han llegado por separado a una íntima ceremonia en la que ni Kate Middleton ni Meghan Markle han estado presentes, pero desde el primer momento la complicidad que existe entre ambos ha sido palpable. Las risas y los gestos entre hermanos se han sucedido y parece que a pesar de las grandes diferencias, el amor y la unidad que existe entre ellos y, en concreto, con su madre ha logrado sobreponerse en este bonito homenaje. «Hoy, en el que habría sido el 60 cumpleaños de nuestra madre, recordamos su amor, su fuerza, su carácter: las cualidades que hicieron de ella una fuera para el bien, que cambió incontables vidas a mejor», han declarado en un comunicado conjunto.
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Los propios William y Harry han sido los encargados de quitar el velo que cubría la estatua de bronce realizada por el escultor Ian Rank-Broadley, también entre los asistentes a la cita. Además de ellos, el homenaje también ha contado con la presencia de los hermanos de la princesa Diana, Sarah McCorquodale, Chales Spencer y Jane Fellowes.
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