- El último multitudinario adiós a Verónica Forqué.
- María Iborra acude al piso de su madre tras su muerte.
El repentino fallecimiento de Verónica Forqué ha desatado todo un torbellino de reflexiones y conmoción en el mundo artístico. Pero si a alguien ha azotado duramente su pérdida ha sido a su única hija, María Iborra, fruto de su matrimonio con el cineasta Manuel Iborra. La joven de 30 años se encuentra sobrellevando el duro golpe emocional gracias al apoyo de sus seres queridos, amigos y el entorno artístico que la arropa.
En medio del dolor y el proceso de duelo, la joven ha encontrado el momento para despedirse públicamente de la figura de su madre con un emotivo y duro mensaje en redes sociales. A través de las stories de Instagram, Iborra ha dejado constancia de lo que quería a su madre rescatando imágenes de una jovencísima Verónica Forqué en varios de los trabajos que la catapultaron al estrellato. En una imagen suya en blanco y negro, su hija ha escrito un sincero, escueto y lapidario: «Te quiero mamá», mientras que en otra, también promocional, añadía: «Te amo para siempre».
Pero si ha habido una frase que ha emocionado a todos ha sido la visión que María tiene acerca de la muerte: «La muerte no existe, ahora mi madre está conmigo y con todos los que la aman». Un importante mensaje que muestra cómo está afrontando esta dolorosa situación.
María Iborra se dedica al mundo del espectáculo y del cine, en el que su madre tenía ganas de trabajar con su hija, algo que no llegó a ocurrir. Sin embargo, sí veremos a Verónica Forqué en diferentes proyectos en los próximos meses pues no paró de trabajar en ningún momento: era una de las encargadas de poner voz a Pobre Diablo, de HBO España, y tiene pendiente de estreno dos películas, A mil kilómetros de la Navidad y Espejo, espejo.
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