Como un jarro de agua fría. Así es como cayó la noticia de la separación entre los cientos de miles de seguidores de Tamara Gorro y Ezequiel Garay, que hace tan sólo unos días confirmaban lo que nadie quería oír: su amor ha llegado a su fin. Los ya ex tortolitos llevaban juntos desde 2010 y se casaron sólo 2 años después de comenzar su relación: se habían enamorado hasta las trancas, y aunque su historia era la típica de ‘futbolista conoce a tronista de ‘Mujeres y hombres y viceversa’, ambos demostraron que lo suyo iba para largo. Quizá hasta para siempre, pero de momento han tenido que hacer un receso en su relación que, esperamos (y ellos también esperan), no acabe en la firma del divorcio.
Doce años de relación (con casi diez de ellos de matrimonio) han dado para mucho: su lucha por tener hijos, sus viajes por el trabajo de él, vacaciones a todo tren, su casa, sus empresas, mascotas… una familia que ahora se ha roto, y que tendrá que tomar decisiones muy duras para ver quién se queda con qué. Desde luego, la ruptura no ha sido ni mucho menos por terceras personas, sino por, como dijo Tamara en sus redes sociales, estancamiento: «cuando llega un momento en el que te estancas tienes dos opciones: o continuar y que acabe con un desgaste que ya no tenga solución o por el contrario tomar un descanso con la fe y la esperanza de volver a estar juntos«.
Aunque no se vayan a divorciar, tendrán que intentar llegar a un acuerdo sobre sus hijos, sus mascotas y todas sus propiedades. ¿Lo conseguirán… o habrá guerra? Te contamos todo lo que tendrán que repartir… ¡Sigue leyendo!
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La pareja ha decidido hacer un punto y aparte en su relación después de casi 12 años juntos, una ‘pausa’ que esperan que a ambos les sirva para pensar, recalibrar su matrimonio y volver con más fuerza, pero por el momento ambos tendrán que tomar decisiones, como dónde van a vivir cada uno ahora que ya no están juntos cómo se repartirán sus propiedades.
La pareja vive en una exclusiva urbanización a las afueras de Madrid llamada La Finca (perteneciente a Pozuelo de Alarcón, en la que residen famosos e importantes empresarios, y donde estuvo viviendo, por ejemplo, Cristiano Ronaldo hasta su marcha a Italia), donde las casas no se venden por menos de un millón de euros. Tras su mudanza desde Valencia en 2020 (donde tenían una casa en otra exclusiva urbanización, Torre en Conill, en la que vivieron hasta que él dejó el fútbol), la pareja ha vivido alegrías y penas y hasta el covid… pero ahora tocar pasar página. ¿Quién se quedará con ella? Sigue leyendo, que te la enseñamos.
Tamara y Ezequiel tienen un gusto modernista para la decoración, pero eso no quiere decir que sean sencillos ni de líneas ligeras. No hay más que ver, por ejemplo, el cabecero de su cama…
Su casa es de colores de lo más neutros, y no veremos nada que no sea blanco, negro, marrón o plateado. A la pareja le gusta no recargar demasiado, aunque a la hora de decorar sí han añadido algunos detalles de colores.
Una de las ventajas de vivir en un casoplón es que te sobran habitaciones, y en una de ellas puedes poner la oficina desde la que trabaja Tamara. Y ojo, que no sólo de ser influencer vive la ex tronista: sus redes le dan dinero, pero también sus libros, sus proyectos en televisión y otras empresas que lleva en silencio tras las cámaras.
Lo difícil en esa separación no va a ser la distancia, sino la mudanza: ambos ya han dicho que van a intentar darse un tiempo y apoyarse el uno al otro, porque aún se quieren a pesar de tener su relación estancada, pero sin duda una de las cosas que más a costar va a ser vaciar la casa para vivir un tiempo separados. ¡Sólo viendo ese pedazo de vestidor ya nos dan los siete males!
No cabe duda de que los niños tienen espacio más que de sobra para jugar y brincar, y también para que Tamara se tire en el suelo aunque tenga los sofás más cómodos de todo Valencia…
¿Veis a lo que nos referíamos cuando os decíamos que su en su casa no entra nada que no sea casi de estética espacial? Ojo a la pared del fondo: no es un papel pintado, tiene relieve y diferentes texturas. Eso sí, color plata para que pegue con el resto de la casa.
Las fiestas en casa son una maravilla con la cantidad de espacio que tienen. Pueden llevar a 20 amigos, que van a estar la mar de a gusto…
No hace falta que Tamara y Ezequiel salgan de casa para tener una noche de fiesta: tienen su propio bar en casa, cachimba incluida.
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Hace sólo unas semanas, Tamara colgó este vídeo en su Instagram para mostrar, toda orgullosa, que se había comprado una autocaravana para salir todos juntos al campo y escapar de la rutina. No sabemos si la pagaría ella sola, pero si fue a medias ya puede ir echando cuentas para la repartición…
Y no sólo la autocaravana: con sus coches también tendrán que ver qué hacen con ellos.
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Evidentemente, las custodias de hijos y perros son otro de los quebraderos de cabeza en las separaciones. La ex pareja tiene dos hijos (Shaila y Antonio) y tres perros (de izquierda a derecha: Negro, Chigu y Nosso), con que evidentemente tendrán que llegar a un acuerdo para establecer el régimen de visitas.
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Tamara y Ezequiel son máquinas de hacer dinero: él ha ganado siempre un dineral como futbolista, habiendo pasado por el Newell’s Old Boys (2004-2005), el Racing Santander (2005-2008), el Real Madrid C. F. (2009-2010), el S. L. Benfica (2011-2013), el Zenit de San Petersburgo (2015-2016) y, por último, el Valencia C. F. (2016-2020), mientras que ella ha sacado auténticos pastizales por las ventas de sus libros, el canal de mtmad que dejó, sus acciones de publicidad en redes sociales como influencer, sus proyectos en televisión (series, colaboraciones, galas…) y otros trabajos.
También cuentan con una empresa de representación y promoción de eventos deportivos (Onírico Play SL), y a nombre de la cual se encontraba el bar que ella montó en su ciudad natal, Móstoles (Madrid), ‘Somos 1’, una coctelería que desde el inicio de la pandemia está cerrado.
Sin embargo, la joya de la corona con la que quisieron montarse en el dólar fue una promotora que no va nada mal: su nombre, Gargor (las primeras letras de cada uno de sus apellidos, Garay y Gorro), dedicada a la venta de casas de lujo en Valencia. Una empresa que, hasta donde sabemos, es fruto del trabajo del argentino, pero con el nombre de ambos. Otro proyecto que tendrán que repartirse a medias…
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