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Durante el embarazo ¿es mejor la ducha o el baño? Esta pregunta es una de las más frecuentes entre las futuras mamás que se suele sumar a otras dudas como qué hacer si coges un resfriado o la gripe estando embarazada o cómo solucionar el dolor de manos que sientes. Como norma general y según los médicos, hasta el octavo mes de embarazo no hay inconveniente en que tomes un baño, porque hacerlo no supondrá el menor riesgo para tu hijo siempre y cuando tu embarazo discurra sin complicaciones. Sin embargo, a partir de ese momento, es mejor que te decantes por una buena ducha ya que el baño podría causarte una infección vaginal, sobre todo si ya has expulsado el tapón mucoso.
Es habitual que, durante los nueves meses de embarazo, notes cómo tu cuerpo desprende más calor y, por este motivo, es normal que aumente tu nivel de sudoración. Si, además, vives tu gestación en verano, que s0n los meses más calurosos del año, sentirás una mayor necesidad de lavarte. Si no hay contraindicación médica, la ducha o el baño en el embarazo puede ser todo un placer y el momento ideal para conectar con tu bebé. Descubre todo lo que sucederá en el último mes de embarazo.
El baño en el embarazo, todo un placer
Para que tus baños te resulten realmente placenteros y no afecten a tu tensión, recuerda que el agua debe estar tibia, a unos 30 ºC. La temperatura es importante porque más fría aumenta el riesgo de sufrir calambres y, más caliente, favorece la aparición de varices. Debes utilizar geles, jabones y champús neutros e hipoalergénicos, que no te irriten la piel porque ahora la tienes mucho más sensible. Descubre los mejores geles para bebés.
El baño debe durar entre 10 y 20 minutos y, si las piernas se te hinchan, mantenlas un poco elevadas apoyando los pies sobre un cojín hinchable, de esos que suelen llevarse a la playa. Si tienes picores, provocados no solo por el estiramiento de la piel sino también por una pequeña alteración del hígado, originada por la acción de unas hormonas llamadas estrógenos, prueba a echar en el agua seis o siete cucharadas soperas de harina fina de maíz porque tiene efectos calmantes. Cómo aliviar las molestias vaginales del final del embarazo.
Si tu bañera es tipo jacuzzi o con hidromasaje, la podrás seguir utilizando siempre y cuando los chorros de agua no te den directamente en el abdomen ya que, además de provocar una sensación desagradable a tu hijo, la fuerza del agua podría estimularte los músculos del vientre, lo que no te conviene, sobre todo si estás embarazada de más de siete meses. El agua no debe estar muy caliente, nunca a más de 38ºC, porque podrías sufrir una bajada de tensión. Los 20 accesorios de baño imprescindibles para el bebé.
La ducha en el embarazo, higiene y terapia
Si prefieres la ducha al baño o si dado ya has superado el octavo mes de embarazo, sigue los consejos anteriores y vigila los resbalones porque, tus nuevas dimensiones, pueden hacer que estés más torpe. Recuerda que, aplicarte un chorro de agua caliente sobre una zona que tengas dolorida como el cuello o los riñones produce el mismo efecto calmante que una manta eléctrica.
Si tienes problemas circulatorios como varices, hemorroides, hinchazón de piernas y tobillos, los geles de romero te vendrán muy bien, pues esta planta activa el riego y desentumece los músculos. Las duchas turcas también activan el riego sanguíneo. Consisten en alternar los chorros de agua fría con los de agua caliente, desde los pies hasta la cabeza, moviendo la alcachofa de la ducha en forma de círculos ascendentes. Otra opción que mejorará tu riego es aplicarte el chorro de agua fría en las piernas, desde los tobillos hasta los muslos. Así podrás aliviar las contracciones de parto y dilatar mejor.
Tras el baño o la ducha, sécate bien y hidrata tu piel
Después de bañarte o ducharte, muévete con cuidado (¡ojo con los resbalones!), sécate muy bien, especialmente la zona vaginalporque la humedad favorece la proliferación de los hongos y date una crema hidratante que ayude a tu piel a mantenerse elástica. Una vez que se haya reabsorbido, aplícate una crema antiestrías en las zonas de la piel que más se estiran: el vientre, los muslos y los senos, preservando las areolas. Recuerda que lo más importante para que surta efecto es la constancia diaria.
También debes aprovechar el momento de la ducha o el baño para nutrir tu cabello con una mascarilla adecuada. Aplícatela durante 10 minutos, una vez a la semana y te ayudará a mantener tu pelo más suave y voluminoso.
La sauna, prohibida en el embarazo
De lo que sí debes prescindir durante todo el embarazo es de la sauna. Durante el primer trimestre porque el exceso de calor corporal puede producir alteraciones fetales y porque es el periodo en el que los mareos y las bajadas de tensión son más frecuentes y la sauna aumenta el riesgo de que se produzcan. En los meses posteriores tampoco está recomendada porque al sudar perderás muchos electrolitos y son imprescindibles para el buen desarrollo de tu hijo y porque la elevada temperatura de la sauna agudiza los problemas circulatorios y favorece la aparición de varices.
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