El eyeliner es una de las aplicaciones de maquillaje que se ha mantenido a lo largo de la historia. Su forma ha ido cambiando para adaptarse a las diferentes influencias que han conformado los rasgos estéticos de cada periodo y las mujeres han hecho de él una herramienta para empoderarse. Sin embargo dominar su técnica no es fácil, requiere ciertos conocimientos de las proporciones y volúmenes del ojo y un pulso de cirujano del que no todo el mundo dispone.
Además de estos requisitos generales, el delineado se debe adaptar a la forma de cada ojo, consiguiendo enfatizar la mirada y disimular los aspectos menos armónicos. Por tanto, en cada caso específico se debe hacer un tipo de delineado y no resulta igual de fácil trazarlo en todas las facciones. La técnica se hace especialmente complicada en los llamados ojos encapotados –aquí un truco para deshacerte de ellos–, aquellos en los que el párpado móvil queda completamente cubierto por un exceso de piel en el párpado fijo (zona superior).
Para las mujeres que tienen este tipo de párpado un poco caído, resulta frustrante cómo cualquier producto que aplican en su ojo queda totalmente oculto al plegar el párpado móvil, algo que también ocurre con el delineado. Pero, además, en el caso del eyeliner, puede que la línea que se traza con el ojo cerrado se modifique en gran medida al abrirlo, ya que los pliegues de la piel también mutan su posición. De esta forma el trazo queda cortado o con una forma poco favorecedora.
Esto no quiere decir que las mujeres con este tipo de párpado tengan que apartar el eyeliner de su tocador, simplemente, se debe modificar la técnica y optar por un dibujo diferente al delineado tradicional. La clave para conseguir un delineado que se vea equilibrado, bonito y, sobre todo, sin cortes ni formas extrañas, es trazarlo con los ojos abiertos. Además, si en cualquier caso es importante hacerlo sin estirar la piel del ojo –esta puede sufrir irritaciones y el dibujo se deformará cuando quites tu mano de la cara–, en este caso es vital.
Sitúate frente al espejo y dibuja un punto diminuto a la altura que deseas que quede el final del delineado. Trata de dibujar el punto de ambos ojos a la misma altura. Ahora debes trazar una línea que una ese punto con la base de las pestañas. Una vez tengas esta raya, dibuja el resto del eyeliner sobre la línea de pestañas hasta el lagrimal, procurando que el ancho de la misma vaya disminuyendo según te acercas a la nariz.
Las primeras veces que utilices este truco puedes hacerlo primero con sombra y después, cuando estés segura del diseño, darle intensidad con un rotulador o una pomada. Al dibujar con sombra será mucho más sencillo borrar con un bastoncillo y un poco de desmaquillante si te equivocas. Para que te sea más fácil delinear mientras mantienes los ojos abiertos, trata de mirar a un sitio fijo en el proceso, sobre todo cuando vayas a marcar el punto inicial.
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