Existen miles de mitos que rodean el universo de la belleza. Con el tiempo y la información rigurosa que ofrecen los medios especializados, muchos de ellos se han desvanecido, pero otros siguen fuertemente arraigados en nuestra sociedad. Uno de estos es la duda sobre si los tratamientos estéticos que se realizan con láser se pueden continuar durante los meses de verano, ya que en este periodo la exposición solar aumenta tanto en tiempo como en cantidad de piel que queda al descubierto bajo los rayos solares.
La duda se cierne sobre si el tratamiento que se efectúa sobre la piel con esta técnica puede perder efectividad o puede provocar algún efecto adverso si se expone esa zona al sol. Sin embargo, en un tratamiento en el que hay que respetar la periodicidad de las sesiones para conseguir su objetivo determinado también puede ser perjudicial aplazar estas hasta después de la estación estival.
Myriam Yébenes, directora del centro de estética Maribel Yébenes despeja la incógnita sobre este problema: «Si algo debemos hacer para conseguir y prolongar los resultados de nuestros cuidados es ser constantes y no cortarlos a medio camino. Y el láser no es ninguna excepción si queremos lograr unos resultados únicos y avanzados». Dicho esto, hay una excepción que la especialista subraya: «Antes de exponernos al sol debemos cerciorarnos del tipo de láser al que vamos a someternos. Los tratamientos de láser ablativos son los que no se recomienda realizar antes y después de exponernos al sol”.
Y la siguiente pregunta es obvia: ¿qué es exactamente este tipo de láser y cómo funciona? Este láser proporciona un efecto de eliminación de las capas más superficiales de la piel con calor. Desde el Instituto Médico Láser, apuntan que el láser ablativo más utilizado es el laser de CO2, sobre todo empleado en procedimientos estéticos que requieren una renovación completa de estas primeras capas de la piel. Este tipo de láser es muy eficaz, pero el gran inconveniente es que el periodo de recuperación es más largo, ya que en los primeros días tras el tratamiento, la piel debe regenerar esas capas que hemos eliminado. Es por esto que no se recomienda la exposición solar en ese periodo.
Yébenes subraya que en la actualidad, los avances en aparatología estética han permitido que haya muchos tratamientos estéticos que sí permiten una posterior exposición al sol. Se trata en este caso de láseres no ablativos, que también se pueden utilizar tras una exposición solar, eso sí, con la debida protección. La experta apunta otras ventajas de este tipo de aparato: «Una de las cosas que más gusta a los pacientes es poder seguir con tratamientos que no duelen, no dejan rojeces y se pueden hacer todo el año”. Este tipo de tratamiento resulta beneficiosos para la piel y no provocan ningún efecto secundario, además se emplea para tratar diferentes problemas: «Sirve para remodelar, dar firmeza, ayudar a reducir, tensar, etc…”, termina Yébenes.
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