Después de dos años sin acudir juntos a actos oficiales en Reino Unido, los duques de Sussex han regresado con motivo de la celebración del Jubileo de Platino de Isabel II. Ya este jueves estuvieron en el palacio de Buckingham para presenciar el histórico desfile en honor a la Reina, Trooping the Colour, pero lo hicieron alejados de la primera línea, de las cámaras y del balcón donde posó el resto de la familia. Sí se han dejado ver, sin embargo, durante la misa de Acción de Gracias celebrada en honor a la Reina hoy, 3 de junio.
Para la ocasión, en la que, como era de esperar, los duques han acaparado todas las miradas, Meghan ha apostado por un abrigo-vestido alta costura de Dior de manga larga, corte a la cintura y falda evasé. Vestida en un tono gris piedra de la cabeza a los pies (un color muy en consonancia con las prendas blancas de sus más recientes apariciones), la duquesa de Sussex eligió un cinturón a juego para marcar aún más su cintura y optó por complementos en el mismo color.
La gran protagonista de look fue una pamela de ala curvada confeccionada en rafia, que subrayaba el carácter sofisticado y royal del estilismo. Meghan le sumó un sencillo bolso de mano, guantes y salones clásicos de Dior. Completando su elección, la duquesa recogió su melena en un moño lateral y subrayó, como ya es costumbre, su mirada gracias al maquillaje de ojos marcado. El toque final lo pusieron unos pendientes de la firma Birks, que ya ha lucido en otras ocasiones y que están valorados en unos 11.000 euros.
Desde que se desvincularon de la casa real británica, el príncipe Harry había acudido a dos actos públicos junto al resto de la familia real (el primero el fallecimiento del duque de Edimburgo y el segundo, un homenaje a su madre), pero había acudido en solitario sin la compañía de su mujer. Esta es la primera vez que aparecen juntos en un acto oficial y, si bien sus hijos Archie y Lilibet, también están en Reino Unido, no han asistido a la misa de Acción de Gracias en honor a su abuela.
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