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Ya ha llegado a Netflix ‘Los pacientes del Doctor García’, una serie de RTVE protagonizada por Javier Rey en la piel del Doctor Guillermo García Medina. Hablamos, por supuesto, de la adaptación de la novela homónima de Almudena Grandes. Publicada en 2017, se trata de uno de los últimos proyectos de sus ‘Episodios de una guerra interminable’, anterior a ‘La madre de Frankenstein’ en 2020 y a ‘Mariano en el Bidasoa’, que dejó inconcluso tras su fallecimiento en 2021.
La historia nos llega directamente al Madrid de la posguerra. El doctor al que interpreta Javier Rey vive en Madrid bajo una identidad falsa. Gracias a una documentación falsificada proporcionada por su mejor amigo, Manuel Arroyo Benítez (Tamar Novas), un diplomático republicano al que salvó la vida en 1937, se libró del paredón de fusilamiento. Ambos no se encuentran hasta 1946, cuando Manuel vuelve a vero del exilio con una misión clandestina. Su objetivo es infiltrarse en una organización de evasión de criminales de guerra nazis que dirige una mujer alemana y española, nazi y falangista, llamada Clara Stauffer.
Y no os queremos contar más porque, si no habíais leído la novela, lo justo es que descubráis estar historia viendo la serie de Netflix. Sin embargo, puede que hasta habiendo leído a Almudena Grandes, y tras ver la serie, no hayáis descubierto el origen real del protagonista. Y no, no se llamaba para nada García sino Norman Bethune.
La historia real que inspiró a ‘Los pacientes del Doctor García’
Muchos consideran a Norman Bethune el primer «médico sin fronteras». Llegó a España procedente desde Canadá para ayudar en la Guerra Civil contra los fascistas sublevados. Se había afiliado al Partido Comunista tras visitar la Unión Soviética en 1935 para una conferencia médica. Fue una decisión que marcó su vida, ya que en Canadá se le marcó de Comunista y dedicó su vida a seguir ayudando en la revolución obrera. Tras España, de hecho, acudió a ayudar al ejército rojo en China. Allí murió tras infectarse una herida durante una intervención y hoy en día se le considera héroe nacional.
Pero el motivo de la importancia de este doctor no radica en sus ideales políticos o en su entrega a ayudar a la lucha obrera. Fue en España donde tuvo una idea que salvaría muchas vidas y se ganó el mote entre las tropas republicanas del «Doctor Sangre».
En Madrid, en pleno frente de resistencia contra los fascistas, Bethune creó el Instituto Hispano Canadiense de Transfusión de Sangre (tras los franceses, Canadá fue la segunda nacionalidad con más milicianos en ayuda a la República), uno de los primeros servicios de este tipo en la guerra española, aunque ya existía uno en Barcelona que también salvó cientos de vidas. Sin embargo, el gran mérito de Bethune fue ir un paso más allá, creó la primera unidad móvil de transfusión sanguínea.
Bethune reparó en que la mayoría de los soldados no fallecían en el campo de batalla, si no en el traslado al hospital, donde recibirían la transfusión. Con la idea en mente viajó a Londres para reunir los materiales necesarios y crear esta unidad móvil que revolucionó la asistencia médica en conflictos bélicos, y en general la atención médica de urgencia. Y es la historia de este héroe de la medicina en plena Guerra Civil lo que inspiró al personaje que Almudena Grandes, y ahora Netflix, llevaron a la posguerra en Madrid en ‘Los pacientes del Doctor García».
Vía: Fotogramas ES
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