Giro de guion. De los inesperados. Con sonrisas para una parte, y lágrimas para la otra. Anoche en ‘GH VIP 7’, Adara Molinero dejó a la audiencia con la boca abierta tras juntar la suya con la de Hugo Sierra, padre de su hijo y al que creíamos descartado de su vida por ese flechazo con su compañero de concurso Gianmarco Onestini.
Vayamos por partes. La organización del programa decidió que Hugo y Gianmarco debían subir a Gudalix de la Sierra a reencontrarse con la mujer por cuyo amor parecían librar una guerra sin cuartel desde hace un mes. Y, aunque parecía que el corazón de ella crepitaba por el italiano, fue ver a su marido delante tras 85 días sin cruzarse con él, y cambiar el final de la pelicula.
Se dieron uno de los besos más épicos y románticos que se recuerden en la historia del ‘reality’. Y, a la vez, hicieron trizas el corazón de Onestini, que seguía la escena desde una sala contigua a esa en la que se estaba produciendo el reencuentro. Lo dejaba claro. Él sí: no iba a ser el segundo plato de nadie, su relación con Adara moría ahí.
Bueno, aún tuvo con ella un encuentro, según sus palabras, «frío y distante». Se quedó corto. El chasco fue tal, que hasta resultó cruel que le hicieran pasar por ese trago amargo. Pero ya saben: esto es espectáculo en estado puro, y ellos deben entenderlo en el momento en el que firman su contrato con la productora.
A él, solo parecía importarle una cosa. Una pregunta que le rondaba: «Solo dime sí o no. ¿Sigo esperándote fuera?». Ella, le sentenciaba con su respuesta: «No lo sé Gianmarco. No lo sé. Haz lo que tú sientas».
El desahogo de Hugo
Hay que decir que las palabras del uruguayo hubiesen ablandado hasta al más duro: «No vengo a echarte nada en cara. Hay muchas cosas que me han dolido, pero ya las hablaremos fuera. Creo que merecemos una conversación tranquilos. No me veía en esta situación porque soñaba otra cosa».
Estoy decepcionado, pero no te puedo decir que te dejé de amar»
Adaa le preguntaba si veía posible arreglar las cosas, a pesar de todo lo que había pasado dentro del concurso. Hugo, sereno como es él, contestaba: «Si tú quieres las hablamos. Estoy dolido, estoy decepcionado, pero no te puedo decir que te dejé de amar. Sería mentira».
Era un momento en el que Hugo aprovechaba para deshogarse y poner sus sentimientos sobre la mesa, porque no es el acercamiento a Onestini lo que le ha destrozado por dentro. No. «Me duelen más otras cosas. Piensa que se escucha todo. Hay cosas íntimas nuestras que no tendrías que haber dicho. Le dijiste cosas muy feas a Joao. No me merezco esas cosas», explicaba, antes de añadir que ya lo vería cuando le pusieran los vídeos.
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