Que la exposición mediática de Rocío Flores, que sorprendía en la primera gala de ‘GH VIP 7’ en el ya lejano mes de septiembre, iba a traer más consecuencias que el simple hecho de que pudiéramos conocerse e, incluso, pillarla en un renuncio (que nunca llegó), era obvio. La joven nunca había hecho televisión, y tenía todas las miradas sobre su cogote.
Huelga decir que ha superado con creces todas las expectativas. Sobre todo, porque no se ha enfangado ni ha tirado a dar a su madre, que era lo que muchos podrían esperar. Y, sin embargo esta, Rocío Carrasco, parece no haber tomado con deportividad que la joven se sentase a apoyar a su progenitor.
Es la revista ‘Lecturas’ la que asegura este miércoles que, para la hija de La más grande, ver a su hija ante la audiencia de Telecinco ha supuesto un mazazo que la tiene devastada y recluida entre las cuatro paredes de su casa. Es cierto que, salvo esa pequeña aparición en Valladolid al principio, cuando presentaba el musical sobre si madre, no ha habido ni rastro de ella. Tampoco de su inseparable Fidel Albiac, al que Antonio David dio estopa de la buena el pasado sábado desde el ‘Deluxe’.
La mencionada publicación asegura que, el hecho de que su papel como madre haya vuelto a salir a la palestra para ser cuestionado, ha supuesto un mazazo emocional para ella. También, que todas estas circunstancias y el revolver el pasado han provocado que haya una crisis en su matrimonio con Fidel. En definitiva, que Carrasco estaría al límite.
La revista ‘Lecturas’ asegura que todo esto ha provocado que Rocío madre cancele todos sus compromisos, tanto los personales como los profesionales. No quiere ver a nadie. No quiere enfrentarse, de nuevo, a los micrófonos a las puertas de su casa y, quizás, a la pregunta sin respuesta clara que lleva revoloteando meses: ¿qué paso, exactamente, para que la relación entre madre e hija se hiciera añicos?
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