Isabel Pisano es una de las periodistas más influyentes de todos los tiempos. Nacida en 1948 en Uruguay, pero residente en España desde hace décadas, alcanzó la fama mundial por su relación con Yasir Arafat. Máximo exponente del periodismo de investigación, en su trayectoria profesional destacan sus reportajes sobre las guerras que cubrió en su juventud y sus obras literarias, entre las que se encuentran bestsellers como ‘Yo Puta’ o ‘Trilogía de perversos (Plaza & Janés)’. En 2005 saltó a la pequeña pantalla como concursante de Gran Hermano VIP, espacio en el que compartió protagonismo con el cantante Tontxu, entre otros, con el que estuvo a punto de tener más que palabras tras una acalorada discusión. Viuda del célebre compositor Waldo de los Ríos, Pisano vivía hasta hace muy poco de los derechos musicales de su marido, así como de la resaca de tantos años de brillante éxito profesional.
Todo cambió hace unos meses. Su vida saltó por los aires el día en que decidió confiar sus asuntos más íntimos (incluso económicos) a una persona que no era quien decía ser. Un médico cubano, R.T., que dice tener el don de curar enfermedades que parecían incurables. Tan entregada estaba a él y tanto creía en sus terapias alternativas que, incluso, aceptó someterse a un tratamiento médico que pretendía rejuvenecerla. Inyecciones que se le administraban en su propio domicilio, por las que pagaba 2.000 euros por unidad, y que la sumieron en una debacle que arrasó con todo. Isabel fue víctima de continuos ultrajes, traiciones y mentiras que desembocaron en robos en su propia casa: «Ahí empezó su desgracia, fue imparable y lo saquearon todo». Cuadros, objetos de gran valor económico y recuerdos de viajes a lugares recónditos fueron desapareciendo de la vivienda poco a poco. Cuando se dio cuenta de lo sucedido, era demasiado tarde.
Guiada por algunos de sus más íntimos amigos, la periodista interpuso una denuncia por los robos y señaló directamente al hombre que, según ella, había dilapidado toda su fortuna. Para evitar que la denuncia prosperara, el acusado movió ficha y puso en conocimiento de la Fiscalía que todo lo explicado no solo no coincidía con la verdad, sino que evidenciaba que su memoria empezaba a fallar. Fue entonces cuando alertó a los servicios sociales de que las condiciones en las que vivía eran lamentables y que temía por su integridad. La maquinaria empezó a funcionar.
Lee la entrevista completa en la edición impresa de la revista ‘Hoy Corazón’, a la venta este viernes en Madrid y Barcelona, el fin de semana con los diarios de Vocento y desde el lunes en todos los quioscos de España.
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